Sin llamar demasiado la atención como es su costumbre, Laurene Powell Jobs mantuvo una reunión con el presidente Donald Trump a puerta cerrada en la Casa Blanca.
La viuda de uno de los hombres más importantes en la historia reciente del país, el fundador de Apple Steve Jobs, quien murió en 2011, acudió a visitar al presidente para señalar las aportaciones que los inmigrantes han hecho a Estados Unidos, poniendo a su difunto marido como ejemplo.
Steve Jobs era de origen sirio, su padre biológico Abdul Fattah Jandali, llegó al país como refugiado huyendo de la guerra en Siria en 1952.
La organización filantrópica de Powell Jobs, The Emerson Collective, se ha aliado con los que critican las políticas del presidente en inmigración, una de las páginas en su sitio web dice: 7 cosas que puedes hacer ahora mismo para ayudar a inmigrantes y refugiados afectados por las órdenes ejecutivas de Trump.
Laurene es partidaria de una reforma migratoria que incluya políticas que otorguen estatus legal a personas traídas al país en su infancia, los dreamers.
Alan Marks, vocero de la organización de Powell confirmó que la viuda de Jobs discutiría asuntos de educación e inmigración con el presidente, pero no ofreció más detalles.
La reunión en la Casa Blanca estuvo cerrado a la prensa.
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