Existe un infinidad de destinos turísticos que atraen a los visitantes por su estética terrorífica y su impactante historia, en especial durante esta temporada del año, en el que el otoño trae consigo las celebraciones de Halloween y Día de Muertos.
En la Ciudad de México hay una de estas atracciones que parece sacada de una película de terror, con una historia detrás bastante sugestiva y una estética que evoca misterio y curiosidad.
Se trata de la Isla de las Muñecas, o Isla de las Muñecas Encantadas, ubicada sobre una chinampa en los canales de Xochimilco, al sur de la ciudad.
La isla, durante años, ha sido objeto de historias y leyendas que le dieron su reputación inquietante, con decenas de muñecas colgantes en estado precario, rodeadas de árboles descuidados y agua sucia.
Su origen, cuentan las leyendas, se remonta a hace casi 70 años, con el único habitante de la isla que descubrió el cuerpo sin vida de una niña en el canal y una muñeca flotando en el agua.
Julián Santa Barrera, colgó esa muñeca y un centenar más para rendirle honor a la niña.
Según habitantes de Xochimilco, la niña se ahogó enredada entre los lirios de los canales con una muñeca en las manos; ésta, a pesar del incidente y de los intentos de la menor por intentar salir del agua, nunca se despegó de su dueña hasta que Julián la sacó del agua y se la quitó.
Las leyendas urbanas cuentan que las muñecas en realidad son malvadas y que salvaguardan la isla; Barrera llegó a contar que estaban poseídas por el espíritu de la niña.
Julián llegó a contar que la muñeca lo asustaba con gritos y quejidos, por lo que empezó a colgar más muñecas para disculparse con la niña por haberle arrebatado a su muñeca.
Por lo regular, encontraba alguno de estos juguetes en el agua o entre la basura sin explicación alguna después de colgarlos, el hombre creía que a la niña no le gustaba su tributo y por eso los tiraba.
La alcaldía de Xochimilco dice que Don Julián, como era conocido, colgaba las muñecas desde estructuras de madera y árboles para ahuyentar a los malos espíritus, además del de la niña, y cuidar sus cosechas. Estas muñecas eran recogidas en la basura y en los canales de Cuemanco.
Hasta el momento se estima que hay 2 mil 500 muñecas de todo tipo, con y sin ropa, casi destruidas, sucias, sin ojos, despeinadas o sin pelo.
El sitio web de la isla cuenta que las muñecas son “amenazantes” a la luz del día, pero son un terror durante la noche, cuando todo está completamente oscuro y no hay residentes trabajando en los alrededores o turistas navegando por el canal.
Julián Barrera falleció en 2001 y fue hallado en el mismo lugar donde encontró a la niña años antes, este hecho ha promovido más leyendas espeluznantes sobre la isla embrujada, aún cuando se convirtió en un destino de gran afluencia a partir de su rescate ecoturístico de 1987, cuando la isla fue encontrada cubierta por lirio acuático.
La gente de Xochimilco y visitantes ocasionales que se adentran a la historia de la isla creen que el espíritu de Julián Santa Barrera se unió al espíritu de la niña y al resto que dominan a las muñecas.
En 2012, el cineasta Tim Burton visitó la isla para conocer la leyenda detrás de las muñecas, la niña muerta y el legado macabro de Don Julián. Como Burton, decenas de visitantes nacionales y extranjeros llegan a Xochimilco a diario para navegar por sus canales y ver la isla de cerca.
El único medio para llegar a ella es el uso de las trajineras. Cada viaje a la isla cuesta $3 mil pesos, partiendo desde el Embarcadero de Cuemanco, el desembarque cuesta $70 pesos adicionales.