Horseshoe Bend, o Curva de la Herradura, es uno de los miradores más impresionantes de Estados Unidos, lo que atrae a mile de visitantes de todo el mundo al Área de Recreación Nacional Glen Canyon, en Page, Arizona.
Recibe su nombre por la figura de herradura que se forma con el caudal del río Colorado que rodea a una formación rocosa. Esta espectacular vista se puede disfrutar sobre un acantilado de más de 300 metros de altura.
Los turistas pueden acercarse al borde del acantilado, pero es mejor mantener distancia si le temes a las alturas, pues un paso en falso puede llevarte directo a la muerte.
Las paredes rocosas de Horseshoe Bend están formadas por minerales como platino, granate y hematita y se encuentra a mil 280 metros sobre el nivel del mar, de acuerdo con Visit Arizona.
Para llegar hasta la zona del mirador se debe caminar aproximadamente un kilómetro por diversas áreas empinadas, con arena profunda y con los rayos del sol sobre la piel durante todo el recorrido, lo que es un gran reto para los miles turistas que lo visitan.
Si quieres visitar la Curva de la Herradura es mejor contratar un recorrido turístico profesional, pues si quieres llegar por tu cuenta podrías quedar atascado en tu vehículo durante el complicado camino.
Los tours duran cerca de tres horas y salen de la ciudad de Page en camionetas por un precio de 195 dólares por cada persona mayor de 12 años y 150 por niños de entre seis y 11 años.
En todo el recorrido no hay sitios para hacer del baño ni comprar agua, por lo que es necesario prepararse en la zona del estacionamiento.
En el parque también podrás disfrutar de un paseo por el Slot Canyon, entre colinas y estrechas paredes del cañón rojizo, por 90 dólares para mayores de 12 años y 65 dólares por menores de 11 años.
Hace unos días, una niña californiana de 14 años de edad murió al caer del mirador Horseshoe Bend, presuntamente de forma accidental, durante una visita turística.
Al ser un mirador completamente natural no cuenta con bardas o barandales que lo rodeen y limiten el acceso a los turistas, por lo que los niños y las mascotas no deben perderse de vista jamás.