El famoso árbol de Navidad de Rockefeller acaparó miradas en Nueva York esta semana no solo por su aspecto, más deslavazado que otros años, sino por la sorpresa que traía escondida entre sus ramas: un pequeño búho que se recupera ahora en un centro para aves de la zona tras haber pasado dos días de viaje metido en un camión.
"Rockefeller", como ha sido bautizado el diminuto pájaro de unos 12 centímetros, recorrió más de 270 kilómetros (170 millas) oculto en un imponente abeto noruego que fue talado en la localidad de Oneonta y trasladado por carretera hasta la Gran Manzana, donde fue descubierto por uno de los profesionales encargados del árbol, según el canal NBC.
Cuando llegó al Ravensbeard Wildlife Center, "Rockefeller" estaba en buenas condiciones "pese a todo lo que había pasado" pero llevaba sin comer ni beber unos tres días, por lo que fue agasajado con fluidos y "todos los ratones que pudiera comer" antes de descansar para pasar una evaluación del veterinario, según informó el centro en su página web.
La directora y fundadora de Ravensbeard, Ellen Kalish, colgó en Facebook unas fotos del búho a su llegada al centro, en una caja de cartón y después cómodamente abrigado con una manta, que han sido compartidas por 10,500 personas y han contribuido a recaudar casi 7,000 dólares.
De acuerdo con la experta, "Rockefeller" es un búho adulto de la especie Saw-whet, que "busca una nueva pareja cada año y es resiliente buscando nuevos lugares seguros", por lo que lo más probable es que sea liberado cerca del centro, donde hay "hectáreas de árboles para elegir", en lugar de pasar por otro viaje "traumático" de vuelta a Oneonta.
Kalish colgó una nueva foto este jueves para actualizar el estado del animal: "¡El pequeño Rockefeller está muy bien! Sus rayos X no han mostrado problemas. Se quedará con nosotros unos días más mientras vigilamos su salud y le devolvemos a un peso adecuado. Luego solo queda esperar a que haga buen tiempo para el día de su liberación".
De acuerdo con el diario New York Post, los representantes de Rockefeller Center señalaron que cada año inspeccionan cada rama del gran árbol individualmente antes de envolverlo y trasladarlo, pero muchas veces hay pájaros que "acaban haciendo el viaje" hasta Nueva York.