En los próximos años se espera que existan más turbulencias durante los vuelos, esta intensificación, sobre todo en vuelos transatlánticos, se debe en gran medida al cambio climático.
La NASA ha hecho investigaciones al respecto, buscando hacer simulaciones con lo que se desprende de dióxido de carbono de la tierra y que es parte del problema que está generando este drástico trastorno climático.
Aunque regularmente las turbulencias ocurren cuando hay tormentas, muchas nubes o un clima desfavorable, también las hay con un cielo despejado, que aunque no se ven a simple vista igual generan fuertes movimientos en el avión.
Estas son ocasionadas por corriente en chorro, o jet stream, que ocasionan estos movimientos durante el vuelo muy peligrosos, puesto que ni los sistemas del avión ni los pilotos las detectan hasta que ya se encuentran dentro de ellas.
Las corrientes están provocando un incremento en las turbulencias de hasta un 40 por ciento, y el espacio aéreo detectado con mayores probabilidades de turbulencia también aumentará entre un 40 y un 170 por ciento.
Para evitar esta rutas turbulentas, los aviones necesitar crear nuevas rutas aéreas, lo que les ocasionará mayor gasto de combustible, que se verá reflejado en la alta de precios.
Con información de Business Insider
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