Actualmente es común ver que muchos turistas y habitantes de todo el mundo cuentan con un selfie stick, el palo para sostener el teléfono móvil, con el que los viajeros se toman las fotografías por sí mismos. El creador de dicha idea fue un canadiense y gracias a ello se hizo millonario.
A decir del sitio Business Insider, el hombre se llama Wayne Fromm, tiene 60 años y vive en Toronto, Canadá. Incluso, revistas especializadas como Time considera su invento como uno de los aparatos más revolucionarios de la tecnología y eso se confirma porque fue uno de los productos más vendidos en 2015.
A decir de dicho sitio, durante 2015, las ventas de los selfie stick aumentaron 400% en Amazon y aunque millones de palos se venden en todo el mundo, sólo un porcentaje de ello es para el empresario canadiense. ¿Cómo se le ocurrió la idea?
En 2002, durante unas vacaciones con su hija Sage atravesó el problema común de todo turista: no quería incomodar a otras personas para que les tomaran una foto. Al ser un inventor con varias patentes registradas, empezó a idear algo para solucionar el problema.
Al principio, Fromm analizó y desarmó paraguas, pero fue hasta después de un centenar de prototipos que registró la creación para empezar a comercializarla bajo el nombre de Quik Pod, en 2005. Sin embargo, no captó la atención de los consumidores y la razón era obvia: todavía no existían ni el iPhone, ni YouTube, ni Twitter y las fotografías 'selfie' todavía no estaban de moda.
No obstante, el inventor y empresario se dedicó a promover su creación en Japón, Alemania y China, en donde por cierto, lo plagiaron. Debido a ello, Fromm se enfocó en la calidad de su producto y lo posicionó dentro de la gama alta. Así, en 2014, la fiebre de las selfies creció y la demanda del gadget aumentó.
Actualmente, el Quick Pad cuenta con versiones para cámaras, iPhone, y fotografía submarina. Sin embargo, Fromm no fue el primero en concebir la idea de una cámara sujeta a un palo, ya que el japonés Hiroshi Ueda, un ingeniero de la compañía de cámaras Minolta, quien a inicios de la década de los 80 creó el 'self portrait camera stick'.
En 1995, dicho aparato fue calificado como uno de los inventos japoneses más inútiles. Debido a ello, al canadiense se le considera el inventor del selfie stick moderno y gracias a ello ha hecho una fortuna de millones de dólares.
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