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El gobierno de Estado Unidos prohibió el domingo la entrada al país a los extranjeros que hayan estado en Brasil, una medida que llega cuando las muertes por covid-19 superaron las 40,000 en América Latina y el Caribe, y la región se convirtió en el "nuevo epicentro" de la pandemia, según la OMS.
La Casa Blanca justificó su decisión de apuntar a Brasil diciendo que quiere evitar que los no estadounidenses que hayan estado durante los últimos 14 días en el gigante latinoamericano "se conviertan en una fuente de infecciones" en su país.
El gobierno de Jair Bolsonaro, un fiel aliado de Donald Trump, quitó hierro a la decisión de Washington asegurando que la Casa Blanca ya había tomado medidas idénticas con "otros países afectados por la covid-19, como China, Irán, Reino Unido e Irlanda, así como la zona Schengen de la Unión Europea", dijo el Ministerio de Exteriores en un comunicado.
El anuncio de Estados Unidos llega el mismo día en que América Latina y el Caribe superaron los 40,000 muertos, el doble que hace dos semanas, cuando se alcanzaron 20,000 fallecidos.
Brasil es el país más castigado de la región, con 22,666 muertes. El gigante sudamericano superó también los 363,000 casos de infección, por lo que ya es el segundo país del mundo con más contagios, por detrás de Estados Unidos.
Eso no evitó que Bolsonaro, contrario a las medidas de confinamiento y quien ha calificado a la covid-19 como "una gripecita", saliera el domingo a arengar una marcha en Brasilia.
El mandatario llegó con una mascarilla blanca, pero luego se la quitó para saludar a la gente, estrechar manos y hasta alzó a un niño.
México, segundo país de la región con el mayor número de muertos, registró hasta este sábado 68, 620 casos y 7,394 defunciones.
En Argentina la aceleración de los contagios, que en Buenos Aires se quintuplicó en las últimas dos semanas, llevó al presidente Alberto Fernández a extender el aislamiento social obligatorio hasta el 7 de junio.
En Bolivia, donde el departamento amazónico del Beni, fronterizo con Brasil, fue declarado en "desastre sanitario", la justicia ordenó el domingo prisión preventiva para Marcelo Navajas, exministro de Salud, y otros funcionarios por la compra sobrevalorada de ventiladores españoles para pacientes con coronavirus.
En Perú, segundo país de la región en contagios (115,754) y el tercero en fallecidos (3,300), el gobierno extendió hasta el 30 de junio el confinamiento, aunque autorizó la reanudación de algunos servicios, como las peluquerías, a domicilio.
La crisis sanitaria exacerbó las ya ásperas relaciones entre China y Estados Unidos.
El ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, dijo que Washington se había infectado con un "virus político" que aprovecha "todas las ocasiones para atacar y difamar a China".
"Algunas fuerzas políticas de Estados Unidos están tomando como rehén las relaciones entre China y Estados Unidos y empujando a nuestros dos países al borde de una nueva Guerra Fría", dijo a los periodistas.
Wang también acusó a los políticos estadounidenses de "propagar rumores" para "estigmatizar a China", donde surgió el nuevo coronavirus a finales del año pasado.
Sin embargo, aseguró que China está "abierta" a una cooperación internacional para identificar el origen del virus.
Trump acusa a Pekín de haber tardado demasiado en comunicar datos cruciales sobre la gravedad de la enfermedad.
Estados Unidos es el país más azotado por la covid-19, con 1,6 millones de casos y más de 97.000 muertos.
Las nuevas tensiones entre las superpotencias emergieron mientras las restricciones impuestas para frenar el virus siguen afectando a todo el mundo y de muy variadas maneras.
La pandemia, que afectó a casi 5.4 millones de personas en el mundo, enmudeció la celebración musulmana del fin del Ramadán y dejó imágenes de bañistas con barbijos en playas estadounidenses.
Más naciones europeas atenuaron sus medidas impuestas a restaurantes, bares y hoteles que arrasaron al turismo.
Europa superó los dos millones de contagiados y sigue siendo el más enlutado, con más de 173,500 decesos.
Los musulmanes celebraron este domingo el final del mes de ayuno del Ramadán, marcado en muchos países por restricciones.
En Pakistán, desoyendo las consignas de distanciamiento físico, los musulmanes acudieron a los mercados para comprar en masa antes del Aíd al Fitr, una de las fiestas más importantes del calendario musulmán.
"Durante más de dos meses, mis hijos estuvieron confinados en casa", dijo Ishrat Jahan a la AFP en un mercado de Rawalpindi. "Esta fiesta es para los niños y si no pueden celebrarla con ropa nueva, no tiene sentido trabajar tan duro todo el año".
Varios países como Egipto, Irak, Turquía y Siria prohibieron las oraciones colectivas por temor a la propagación del coronavirus. Arabia Saudita, que alberga los lugares más sagrados del islam, impuso un toque de queda de cinco días desde el sábado.
Irán, con el mayor número de decesos por la pandemia en Oriente Medio, pidió a sus ciudadanos que eviten viajar durante el Aíd, que tiene lugar el lunes en este país de mayoría chiíta.