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En esta primavera, un poblado de Nueva York les dará una alegre bienvenida a sus turistas con miles de narcisos plantados a lo largo de sus carreteras y vecindarios.
Esta época el año es conocida como el renacimiento de la naturaleza, ya que a medida de que la temperatura sube y la nieve se va derritiendo, árboles, pastos y flores vuelven a la vida en su mejor versión.
Si bien a lo largo y ancho de Estados Unidos brotarán coloridas especies de flora, Lewisboro, al norte de Nueva York, tendrá el honor de albergar uno de los jardínes de narcisos más grandes, olorosos y bellos del estado.
Y es que cada otoño, desde hace 14 años, un amplio grupo de jardineros, voluntarios y residentes de la ciudad se da a la tarea de criar más 100 mil bulbos de narcisos en toda la ciudad que crecen en bellas flores amarillas y blancas durante la primavera.
Este espectáculo atrae y maravilla a centenares de visitantes de todo el país así como extranjeros, ya que crea el escenario perfecto para tomar fotos, relajarse en medio de la naturaleza y obtener un poco de inspiración.
Según reporta el blog de viajes, Travel And Leisure, la tradición nació como un proyecto temporal llamado Golden Roads Daffodils hace casi 14 años, cuando Lewisboro Garden Club plantó algunos narcisos en las intersecciones de las principales carreteras de la ciudad.
A partir de entonces, residentes y miembros del club decidieron continuar con el proyecto cada primavera; hasta el momento, se registran 47 mil bulbos de narcisos en espacios públicos y 38 mil en los alrededores de los vecindarios.
Para esta temporada, hay 4 mil nuevos bulbos en los caminos que conectan la ciudad.
Los especialistas en jardínes hacen que las flores ya plantadas con anterioridad se multipliquen y mantengan su belleza cada temporada gracias a una combinación de varias especies de narcisos, etre ellos Barrett Browing, Dutch Master, y Ice Follies.
Si bien cada variedad tiene su tiempo de floración, en promedio, los jardínes de narcisos se mantienen con vida durante las primeras seis semanas de la primavera, por lo que no necesitan de mantenimiento elaborado o cuidados especiales.
Muchas de las semillas se obtienen de donaciones y ventas anuales del club y cada voluntario de la organización apoya con su granito de arena, algunos se encargan de surcar la tierra, otros más de ablandarla, poner de dos a tres semillas por hoyo y de aclarar el terreno para que las flores tengan la oportunidad de crecer bien.
MA