SI alguna vez había soñado con usar un inodoro verdaderamente hecho de oro, ahora tendrá la oportunidad de realizarlo cuando visite el museo Guggenheim de Nueva York, en su próxima visita.
No se había visto otro "orinal" en una exhibición desde que Marcel Duchamp entró uno de porcelana en el del la Sociedad de Artistas Independientes, en 1917, pero el comité organizador decidió esconderlo detrás de un biombo y nunca fue visto por los asistentes al evento, de acuerdo a la revista New Yorker.
Cattelan es famoso por sus instalaciones satíricas de objectos o personas, como el del Papa Juan Pablo II titulado Nona Oro, en el que un meteoro le cae a la sotana tirándolo al piso. Su arte intriga de una manera y cuestiona el intelecto del espectador como hará de nuevo con la exhibición de su inodoro de oro.
En museos las piezas son intocables, pero en este caso los visitantes podrán verlo, admirarlo y usarlo--sí, está instalado en uno de los baños pequeños del museo, acompañado de un guardia que le explicará a los que decidan entrar acerca de la obra.
Según Nathan Otterson, el Encargado de Conservación del Museo, tendrán que usar distintos materiales de limpieza para cuidar del inodoro--toatllitas Buglari y polvos de talco Channel.
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