Muchos soñamos con recorrer el mundo, pero la dura realidad es que viajar cuesta.
Pero con un plan estratégico se puede lograr sin tener que recurrir a pedirle prestado al banco usando tus tarjetas de crédito.
Para salir de viaje hay que prepararse como si fuéramos a una batalla, cada detalle ha de cuidarse, antes de salir de casa rumbo al aeropuerto tenemos que saber como estaremos cubriendo no solo los gastos principales de transporte y hospedaje, sino también comidas, antojitos, tours y souvenirs.
La comida:
Si el hotel o el hostal ofrece desayunos, aprovéchalos, no te pongas delicado, a menos que de verdad sea incomible. Los antojitos de mamá los tendrás cuando regreses a casa, se trata de viajar y conocer y por supuesto tu rutina cambia y con ello lo que comes.
Ahora bien, la gastronomía es parte importante del viaje, pero mantenla al mínimo, no tienes que comer tres veces al día en restaurantes.
El transporte:
Si vas a pasar varios días en una ciudad averigua los precios de los pases semanales o mensuales del transporte público y aventúrate a tomar el autobús, el metro o como sea que se transporte la gente local.
Es cierto que los taxis y ubers son muy convenientes, pero toma en cuenta que te costarán mucho más que subirte al autobús de la ciudad.
El destino:
Elije países y ciudades en donde tu dinero rinda más. Hay mas tiempo que vida y si ahora tienes pocos fondos, tal vez mas adelante puedes darte el gusto de ir a esa ciudad que te encanta pero que sabes es carísima.
Atracciones gratuitas:
En casi todos lados encontrarás cosas que hacer y que no cuestan un centavo, aprovéchalas. También vete al campo, recorre los parques nacionales, las montañas y los ríos.
Viaja en temporada baja:
Aunque viajar durante el verano es extraordinario, entre los meses octubre y abril te encontrarás algunos destinos casi para ti solito. Los boletos de avión y los lugares de hospedaje bajan sus precios.