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El avión supersónico Concorde podía reducir los tiempos de viaje a la mitad, pero desde hace casi 14 años dejó de volar en las aerolíneas comerciales por varios factores, aunque en un futuro cercano podría regresar.
Las razones por las que dejó de volar dicha aeronave fue la combinación de altos gastos de mantenimiento, un mercado más lento para los viajes aéreos después de los ataques del 11 de Septiembre y los altos precios de los boletos de las aerolíneas. Por ejemplo, un vuelo de ida y vuelta desde Londres a Nueva York en dicha aeronave podría costar hoy en día hasta 18 mil 260 dólares.
Ahora, de acuerdo con Los Angeles Times, casi 14 años después del último viaje del Concorde, un puñado de empresas y ejecutivos apuestan a que los avances tecnológicos en los materiales y la informática, así como al auge de los viajes globales de negocios, impulsarían el resurgimiento de aviones supersónicos económicamente viables.
De concretarse, los nuevos aviones supersónicos seguirán siendo relativamente caros. Los analistas predicen que la tecnología sería la más adecuada, al menos inicialmente, para los aviones de negocios. Y a eso apuntan las compañías de mercado como Aerion Corp. La firma con sede en Reno, junto con Airbus Group, el gigante europeo de la aviación, ha desarrollado el AS2.
En esas condiciones, un vuelo de Los Ángeles a Tokio, por ejemplo, demoraría cinco horas, comparado con las casi 12 que toma en la actualidad. Pero entrar en el mercado requeriría la eliminación de ciertos obstáculos. Por un lado, los operadores de jets ejecutivos están menos preocupados por la velocidad que por el rango, el tamaño de la cabina y los costos de funcionamiento, según expertos.
Boom Technology Inc., una empresa novel de Centennial, Colorado, tiene como objetivo la construcción de un avión supersónico, llamado Boom, el cual apunta al mercado más grande de aerolíneas. La compañía intenta construir un avión de 45 asientos y que el costo de volar de forma supersónica podría eventualmente ser el mismo que el de un asiento en clase ejecutiva en un avión convencional.
Ha logrado varios avances, entre ellos una estructura primaria del avión construida a partir de compuestos de fibra de carbón, como la del Boeing 787 Dreamliner, que sería más fuerte y ligera que el exterior de aluminio del Concorde.
El Boom contará con motores turbo de tamaño ‘mediano’, que han sido adaptados de un avión comercial actual y serán modificados por ‘grandes’ compañías de motores. Esta decisión, en contraste con los famosos postquemadores del Concorde, hará del Boom una nave más silenciosa y eficiente en cuanto a consumo de combustible, dijo el ejecutivo.
La idea de construir aviones de pasajeros más rápidos y económicos ha intrigado a las compañías aeroespaciales por años. En 2001, Boeing dio a conocer un concepto llamado Sonic Cruiser, que debía volar casi tan rápido como la velocidad del sonido, a 750 millas por hora.
La investigación acerca del interior de la nave se incorporó después al más eficiente Boeing 787. Tanto Boeing como Airbus han expresado interés en desarrollar aviones de alta velocidad. Boeing quiere adelantar la investigación de la tecnología supersónica.
Boom construye actualmente un modelo de prueba de un tercio de escala, que volará por primera vez a fines de este año. La aeronave de producción real, que tendrá 60 pies de largo y un peso de 150 mil libras, podría transportar a sus primeros pasajeros en 2020.