Viajar con mascotas implica mayores precauciones al momento de abordar un avión, pero los perros nerviosos requieren cuidados extras para evitar sufrimiento a los animales.
Antes del vuelo, se debe tener un pequeño entrenamiento en casa para que el perro se familiarice con los objetos que lo rodearán por varias horas. Días previos se debe presentar al animal con el transportador o jaula donde viajará.
El can debe tener la libertad de entrar por sí mismo y cuando se encuentre dentro es útil darle un premio, para que relacione esta experiencia con algo que lo hace feliz.
También se puede elegir una manta o una alfombra con la que se construya una asociación positiva mientras se juega en casa. Al momento de salir de casa se debe llevar este objeto y el juguete favorito de la mascota, en caso de que presente ansiedad.
Otra alternativa es recurrir a la aromaterapia. Esto se puede practicar al rociar las manos con aceite de lavanda y acercarlas al perro mientras juega o come. Si en el aeropuerto comienza a sentirse nervioso, bastará con dejar que huela un poco de este aroma en los dedos de su dueño y luego recibir un masaje suave en la cabeza.
Los expertos recomiendan estar alerta sobre signos de estrés que pueden manifestar los animales, como llanto, escalofríos, lamer en exceso, caminar o bostezar más de lo que usualmente hace.
El día del vuelo se puede envolver a la mascota en una manta o ponerle un chaleco o suéter ajustado, para tratar de prevenir la ansiedad.
Se debe llegar con mucho tiempo de anticipación al aeropuerto, pues correr y andar a prisa no le transmitirá tranquilidad a los animales.
Lo ideal es viajar con los perros desde que son cachorros, pues cuando tienen menos de 12 semanas de vida pueden acostumbrarse a todo lo que implica volar. Cualquier situación que se experimenta antes de esa edad influye en su capacidad de adaptación, de acuerdo con The Points Guy.
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