El gobierno mexicano ordenó el jueves que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México recorte el número de vuelos en 17%, ante lo cual algunas aerolíneas advirtieron que podría haber cancelaciones masivas de vuelos.

Las nuevas normas, que entrarán en vigor el 29 de octubre, requieren que el aeropuerto reduzca el número de vuelos por hora de 52 a 43. La terminal aérea fue diseñada para manejar aproximadamente 61 vuelos por hora, pero esa cifra ya había sido recortada a 52.

El tiene problemas de mantenimiento, y algunas áreas se han inundado o se perciben olores de aguas residuales en ellas. Pero la Cámara Nacional de Aerotransportes dijo que eso se debe a que el gobierno usa los ingresos del puerto aéreo para pagar por la cancelación de la construcción de otro aeropuerto.

La cámara señaló también que las nuevas normas para elafectarán negativamente a los pasajeros, a las aerolíneas y a los trabajadores del sector.

Esta reducción inesperada que se pretende aplicar a partir del 29 de octubre próximo implica la necesidad de realizar una cancelación masiva de vuelos que incluye a pasajeros que ya tienen boletos adquiridos”, declaró la cámara en un comunicado. “La problemática real del AICM consiste en que los recursos que genera no son invertidos en su infraestructura”.

Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador asumió el cargo en diciembre de 2018, casi de inmediato canceló el proyecto de su predecesor Enrique Peña Nieto para un nuevo aeropuerto de mayor tamaño en el cercano municipio de Texcoco, el cual ya estaba parcialmente construido.

En su lugar, López Obrador construyó una nueva terminal en una base aérea del Ejército ubicada mucho más al norte, pero en general los pasajeros y las aerolíneas no han querido utilizar ese aeropuerto, llamado Felipe Ángeles, porque está más lejos.

Deseoso de hacer ver al Felipe Ángeles como una opción más barata que terminar de construir el aeropuerto de Texcoco, López Obrador no utilizó fondos del gobierno para pagarle a inversionistas y contratistas el dinero que se les debía por los trabajos que habían realizado en el proyecto cancelado. En lugar de ello, se usaron las cuotas del aeropuerto viejo de la ciudad para pagarles, en vez de invertirlas para darle mantenimiento o realizarle mejoras.

López Obrador también quiere obligar a lasy a los pasajeros a que usen el Felipe Ángeles, el cual está subutilizado. Fuentes del sector dijeron que esa podría ser una de las razones detrás de las nuevas normas de limitación en el número de vuelos, aunque el presidente dijo que se tomó esa decisión por cuestiones de seguridad.

El mandatario pareció confirmar el jueves que su nuevo aeropuerto se beneficiará por las nuevas normas.

“Como tenemos el aeropuerto Felipe Ángeles, que afortunadamente tiene capacidad, pues de esa manera vamos a resolver”, declaró.


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