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Canadá celebra este lunes la principal festividad familiar de Norteamérica, el Día de Acción de Gracias, en pleno repunte de la pandemia de COVID-19 y con constantes llamadas de las autoridades del país para que, en contra de la tradición, los canadienses eviten viajar y reunirse con sus familias.
Este lunes, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, en su tradicional mensaje de Acción de Gracias, reconoció que este año la fiesta familiar más importante de Norteamérica, por su carácter aconfesional, no es lo que ha sido históricamente.
"Este año, los festejos pueden ser un poco diferentes a los de años previos. El aumento de los casos de COVID-19 en todo el país significa que necesitamos seguir manteniendo nuestros círculos sociales pequeños, lavar las manos, mantener los dos metros de distancia y utilizar una mascarilla", añadió Trudeau.
Las palabras de Trudeau son para muchos canadienses un eufemismo dadas las recomendaciones de las autoridades del país.
En vez de las habituales reuniones familiares donde se mezclan dos, tres y hasta cuatro generaciones bajo un mismo techo, a veces con dos docenas de personas para compartir el pavo asado, las autoridades han solicitado que sólo se junten las personas que comparten la vivienda.
La ministra de Sanidad de Canadá, Patty Hadju, por ejemplo, recomendó que las familias sustituyan las reuniones con encuentros virtuales utilizando internet.
"Como todo el mundo sabe, ha sido una semana difícil y las cenas virtuales, aunque nos apetezcan menos que las reuniones en persona, pueden reducir la propagación de COVID-19", declaró.
La semana pasada resultó evidente que las autoridades canadienses temían que la tradicional fiesta de Acción de Gracias, que en Canadá se celebra un mes antes que la festividad estadounidenses, multiplicase el número de casos de COVID-19 en un momento en el que el país sufre la segunda ola de la pandemia y las cifras de contagios están aumentando rápidamente.
El viernes, Trudeau advirtió de forma grave que "estamos en un momento crítico de esta pandemia".
"No sólo estamos en la segunda ola. Ayer alcanzamos la cifra más elevada de casos diarios, muy por encima de lo que tuvimos durante la primavera", añadió el primer ministro canadiense.
Aunque las cifras en Canadá son mejores que las de el vecino Estados Unidos o gran parte de Europa, con cerca de 2,600 casos el pasado viernes, las proyecciones de las autoridades anticipan que este mismo mes se puedan alcanzar los 5,000 casos diarios.
Si el número de pavos vendidos en los últimos días es un indicador del nivel de atención que los canadienses prestan a las recomendaciones de las autoridades, y van a celebrar hoy un Día de Acción de Gracias virtual con sus familias, las cifras son en cierta manera esperanzadoras.
Las ventas del ave han caído un 8 % en comparación con las del año pasado, algo que satisfará a las autoridades médicas pero no a los productores de pavos. Sólo en la provincia de Quebec, la más afectada por COVID-19, los productores han perdido millones de dólares.
Otro dato de que indica que muchos canadienses no se reunirán hoy con sus familias es que aunque el número total de pavos vendidos ha caído, la demanda de los ejemplares más pequeños aumentó, señal de que habrá menos personas sentadas en la cena de Acción de Gracias de este año.