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Con la euforia que Annabelle ha generado en todo el mundo y los relatos de la historia de la muñeca demoníaca real, en su pequeña caja de cristal en Connecticut, nos viene a la mente otro juguete que ha generado terror por generaciones.
Robert, el muñeco diabólico, también conocido como Chucky por la versión cinematográfica inspirada en él, es una historia de terror para los habitantes de Key West, Florida.
Este muñeco llegó a manos del pequeño Robert Eugene Otto como un regalo de su nana, una auxiliar de limpieza en la casa Otto que conocía la práctica del vudú y quien había perdido un hijo.
Robert, como el niño Eugene lo nombró, era el juguete favorito del pequeño y con quien a veces supuestamente mantenía conversaciones, aunque los padres asumieron era un juego de voces que el niño hacía cuando jugaba.
En el pueblo se empezó a relacionar la mala fortuna con el muñeco, y Eugene comenzó a culparlo de todo lo malo que pasaba.
Eugene fue a estudiar a Francia donde se casó. Cuando sus padres murieron, regresó a su casa en Florida, donde, al encontrar a Robert en el ático, desarrolló una relación enfermiza con el muñeco, dormían, comían y hacían todo juntos.
Ante la insistencia de su esposa por esta rara conducta, Robert fue encerrado en el ático, desde donde se podían escuchar pasos y risas. Más tarde, después de que la pareja murió, llegó a la casa una nueva pareja y la niña se hizo cargo de Robert, hasta que este presuntamente la atacó mientras dormía.
Ahora el muñeco habita en un museo, donde sigue llevando la mala suerte a sus visitantes, sobre todo a aquellos que se atreven a tomarle una fotografía sin pedir su permiso.
Vive USA te presenta las similitudes y diferencias entre estos dos muñecos poseídos.
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