En un vuelo de conexión de San Diego a Hawái, una mujer en silla de ruedas se vio forzada a gatear para ingresar a la aeronave, debido a que la tripulación y el piloto le anunciaron que ya era muy tarde para colocar la rampa de ingreso.
La única manera de que pudiera subirse al avión fue gateando por las escaleras de acceso, únicamente ayudándose de sus manos y rodillas para abordar.
Theresa Purcell, quien padece la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth, dijo al medio Khon2 que se sintió humillada, ya que más de 50 personas que ya se encontraban dentro del avión la observaban embarazosamente.
Después del incidente, el abogado de Purcell solicitó una compensación económica a la aerolínea, American Airlines, sin embargo la empresa se negó. Ahora se les está demandando por 75 mil dólares por daños emocionales.
La aerolínea emitió una disculpa por escrito antes de la demanda, en donde dijeron "lamentar que no se haya solicitado la rampa para que la señorita Purcell pudiera abordar el avión (...) parece que nuestros empleados no proporcionaron un servicio atento, cortés y profesional".
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