Abigail Disney es una de las mayores críticas de la clase alta estadounidense, pese a la gran fortuna familiar que la respalda. Ahora, su desaprobación se volcó hacia los parques de su propio imperio.
La directora de cine es la nieta de Roy O. Disney, cofundador del imperio y hermano de Walt Disney, pero no tiene participación en la junta directiva de Walt Disney Company.
En una entrevista para el programa Through Her Eyes, Abigail reveló que se infiltró
en Disneyland, porque un trabajador le escribió un mensaje en Facebook para pedir ayuda. Sin embargo, ver las condiciones en las que viven en Anaheim, fue “intolerable para ella”.
Aseguró que lo que encontró en su visita no cumple con el ambiente que buscaba crear Roy O. Disney. “Cada una de las personas que me encontré, decían: No sé cómo puedo mantener esta cara de alegría y calidez, cuando tengo que ir a casa y buscar comida en la basura de otras personas”, contó.
Remarcó: “Mi abuelo me enseñó a venerar a las personas que te venden los boletos, que llenan tu refresco y que limpian los chicles del piso cada noche, para que puedas caminar por un lugar inmaculado. Esas personas son gran parte de la receta del éxito”.
“Cuando mi abuelo trabajó allí, contrató a personas para que tuvieran un trabajo de por vida. Lo que conlleva ofrecer beneficios para el retiro y cuidado para la salud. Pero en algún punto, fue visto como ridículo que fuera algo que los trabajadores pidieran”, aclaró.
Disney reconoció que Bob Iger es un excelente CEO de la compañía, pero lo exhortó a preocuparse más por las condiciones que deben vivir los trabajadores todos los días. Mientras el presidente de Walt Disney Corporation gana casi 66 millones de dólares al año, sus empleados obtienen 15 dólares por hora, como salario mínimo.
Abigail envió un correo electrónico a Iger para recordarle que es un trabajador, como todos los demás y lo instó a hacer de Disney un mejor lugar. No obstante, el CEO no respondió al e-mail.