Es casi obligación que al viajar se tomen fotografías para atesorar los momentos más únicos o bien para mostrar a los conocidos los lugares visitados.
Esta práctica se ha agudizado en los últimos años gracias a la disposición de teléfonos móviles y dispositivos portátiles como tabletas que tienen cámaras integradas.
Pero antes tomar una fotografía de manera amateur era un proceso, “curioso” por decir lo menos: se necesitaban rollos, debías esperar para ver el resultado final… hasta necesitabas flashes desechables para añadir iluminación.
Es difícil imaginar ahora la emoción que sentían quienes tomaban fotos en lugares como Nuevas York o Las Vegas –muy populares en Instagram actualmente- y esperaban a ver los resultados de llevar a “revelar” las imágenes.
Vive USA recuerda y comparte las situaciones cómicas que hace algunos años involucraba tomar fotos de viajes –o de cualquier situación-.
¿Recuerdas alguna situación curiosa?
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