Hace más de un año que el mariscal de campo de los 49’s de San Francisco, Colin Kaepernick, comenzó a protestar durante los juegos de su equipo, hoy está desempleado, pero su ejemplo cunde a través de prácticamente todos los equipos de la NFL, y cientos se arrodillan como él al momento del himno nacional.
Entonces, Kaepernick explicó sus razones: “No me voy a levantar y mostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a la raza negra. Para mi esto es más grande que el futbol y sería egoísta de mi parte mirar para otro lado. Hay cuerpos en las calles y gente que no pagará por esos crímenes” Afirmó el jugador, refiriéndose a la brutalidad policiaca en contra de afroamericanos.
Colin Kaepernick, se convirtió así en la figura deportiva más polarizante, por un lado, mientras que tenía el apoyo de algunos, muchos reprobaban su conducta, por considerarla irrespetuosa para los símbolos de la nación estadounidense.
Durante la campaña presidencial, Donald Trump, lo llamó traidor, “Tal vez debería buscarse un país que le vaya mejor” dijo, pero otros lo llamaron héroe, el Mohammad Ali de nuestra generación.
Al principio de la presente temporada, Kaepernick se encontró sin equipo, y se creyó que su protesta silenciosa de arrodillarse al momento del himno moriría al no estar el que la hacía.
Pero fue una vez más, el hombre que meses atrás le sugirió buscarse otra nación quien, sin quererlo, traería de regreso su protesta a los juegos de la NFL, y de que manera.
El viernes 22 de septiembre durante un discurso en Alabama, Trump volvió a referirse a Kaepernick, esta vez usando un lenguaje “poco presidencial” sugirió que los jugadores que se arrodillarán como él, debían ser despedidos.
Para el domingo, más de 200 jugadores de la NFL se arrodillaron durante el himno, dejando en claro que la protesta de Colin Kaepernick, está más viva que nunca.