Entre las múltiples tradiciones y ritos para celebrar el Año Nuevo, como beber vino a medianoche, salir con las maletas a la calle para augurar viajes o besar a alguien en el primer segundo del año, comer uvas se ha convertido en una costumbre indispensable en gran parte de los países hispanohablantes, pero…
El origen de las uvas de Año Nuevo tiene varias versiones. Hay quienes dicen que la tradición se le atribuye a los españoles del siglo XVIII y finales del XIX, que con cada campanada de las 12 que se dan a medianoche, una por cada mes, se metían a la boca una uva. Los españoles le llamaban Las doce uvas de la suerte.
De acuerdo con Atlas Obscura, los productores de uva de Alicante, España fueron los pioneros de la idea de una uva por campanada.
Por su parte, un escritor gastronómico conocido como Jeff Koehler escribió artículos históricos en los que sugirió que la tradición nació exactamente en la década de 1880 entre la burguesía madrileña que trató de copiar la costumbre francesa de beber champán y comer uvas en la víspera de Año Nuevo.
Esta última estimación es la más aceptada por los historiadores y curiosos de las tradiciones de cada país.
Cada uva representa un mes del año y se comen durante la cuenta regresiva a medianoche antes del primer segundo del Año Nuevo mientras se reflexiona sobre el significado de cada una.
Se cree que comer cada uva en el tiempo exacto garantiza un año lleno de suerte, de lo contrario, la persona en cuestión enfrentará la desgracia durante el año.
Si bien hay varias variedades de uva en todo el mundo, la uva especial para llevar a cabo la tradición es la variedad española de color verde blanquecino llamada Aledo que viene con semillas.
Este último hecho hace que comer las uvas en tiempo récord sea complicado; sin embargo, hay quienes no pierden el tiempo y se las comen con todo y semillas.
Asimismo, la ciencia ha encontrado que comer uvas en grandes cantidades como las consumidas en esta fecha es totalmente sano, a menos que las personas sean alérgicas o tengan una recomendación médica de no comerlas, sólo se recomienda comerlas con cuidado para evitar asfixia.
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