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Presupuestar los gastos alimenticios es fundamental para mantener las finanzas claras y que los ingresos rindan mensualmente, ante la variación de precios dependiendo de la zona, el tipo de alimento y la frecuencia con la que se consuman.
Durante el 2017, los estadounidenses gastaron cerca de 566 mil millones de dólares en comida, superando los 524 mil millones de 2016, mientras que se gastaron 437 mil millones en comidas dentro de restaurantes, según la Encuesta de Gastos del Consumidor de la Oficina de Estadísticas Laborales.
El consumidor promedio destinó 7 mil 700 dólares a costos de alimentos, 500 dólares más que en 2016, se cree que estos aumentos se relacionan con las áreas metropolitanas que pueden pagarlos, los ingresos y la proximidad con fuentes de comestibles.
No obstante, la mayoría de los lugares en donde se paga más caro el alimento, el promedio de ingresos está por debajo de la cifra nacional (55 mil 322 dólares anual).
Mientras que en Hawái y Alaska el alimento es caro por cuestiones e importaciones, seis ciudades de Texas compran carne a bajo costo porque tienen cerca de 12.5 millones de reses a su disposición.
El portal 24/7 Wall Street analizó y enlistó las ciudades de Estados Unidos donde se invierte más en comestibles de todo tipo, estudió en índice de artículos comestibles del Consejo para la Investigación Comunitaria y Económica, recuperó el gasto promedio en canasta básica, es decir, huevos, leche y congelados, así como el ingreso mensual de la Encuesta de la Comunidad Americana 2016 de la Oficina del Censo.
