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Starbucks es una de las cafeterías líderes en Estados Unidos y el mundo, pero hasta el momento muchos expertos en el tema no han identificado si la especialidad de dicha empresa son los cafés o los postres líquidos.
La mayor parte de las personas que son clientes piden una de las especialidades de café de la carta, pero la política de la compañía fomenta que los clientes personalicen sus bebidas y a veces llegan a extremos realmente ridículos.
Madison es una empleada de Starbucks en New Hampshire, Estados Unidos, mientras termina sus estudios de enfermería, razón por la que se interesó en compartir su experiencia en una larga carta a The Job.
La carta no tiene desperdicio, ya que además de ofrecer datos interesantes del negocio y sus ventas, relata anécdotas realmente divertidas sobre los problemas y las pequeñas desgracias cotidianas que supone trabajar en un Starbucks.
Madison explica, por ejemplo, por qué todos los baristas odian a muertelos frapuccinos y ello se debe básicamente a que son terriblemente engorrosos y sucios de hacer, y confirma que no hay ningún tipo de menú secreto que se active por palabras clave como en el In & Out Burger.
La mejor parte de la carta, sin embargo, es la que Madison dedica a relatar las peticiones especiales y hasta ridículas que hacen algunos clientes. Si crees que eres un poco raro por pedir tu Frappuccino con un shot extra de café y leche de soja aún no has visto nada.
No es que en New Hampshire la gente se haya vuelto loca. Es que Starbucks tiene la rara habilidad de hacer que las personas pierdan el sentido común y hagan peticiones completamente estrafalarias a mayor gloria del snobismo cafetero.
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