En los últimos años, en América del Norte, los nachos se han convertido en uno de los bocadillos estrella para saborear durante reuniones de amigos, para ver una película e incluso para disfrutar de eventos deportivos como el Super Bowl.
Pero...
Si alguna vez te has preguntado de dónde salió tan rico postre que va bien con aderezos, chile, queso, comida y hasta guacamole, aquí está la sorprendente respuesta.
Estos totopos crujientes en forma circular y en triángulo fueron creados en 1943 por Ignacio Anaya García, un mexicano que trabajaba en un restaurante de Piedras Negras, Coahuila al norte de México.
Según The New York Times, Anaya trabajaba en el restaurante cuando un grupo de esposas de soldados de una base militar estadounidense cercana llegó a pedir bocadillos.
Al notar que el chef no estaba, Ignacio tuvo que preparar los platillos por sí mismo e ideó cortar tortillas y freírlas para después cubrirlas con queso cheddar rallado y jalapeños en rodajas.
Por supuesto, como todo invento, los totopos recibieron el nombre de su creador, pero en la forma cariñosa como se le llama a los Ignacios en México, es decir, Nachos.
Ignacio nació en Coahuila, México el 15 de agosto de 1895. Al momento de su creación, Nacho se desempeñaba como maître en el popular restaurante Club Victoria, ubicado en las cercanías de la frontera de Texas y México, donde estaba instalada la base militar estadounidense Fort Duncan.
Años después, varios restaurantes adaptaron sus propias versiones; sin embargo, Iganacio no reclamó los derechos legales sobre el platillo homónimo de forma inmediata.
Hasta el día de hoy la historia de Ignacio no se olvida, y es que su legado se vio marcado por la apertura de su propio restaurante exclusivo de nachos llamado “El Nacho” 17 años después de la creación Especiales de Nacho.
Ignacio murió en 1975, años después de haber ideado con su hijo Ignacio Anaya Jr. de Eagle Pass de reclamar los derechos de propiedad del nacho.
En una entrevista con San Antonio Express-News, Ignacio Jr. dijo que habían contactado a un abogado para reclamar los derechos, pero éste les dijo que tal tarea sería complicada ya que después de cierto periodo medido en años de hacer un invento, éste se vuelve de dominio público si no es reclamado.
Ignacio Jr. continuó con el legado de su padre manteniendo el restaurante y convirtiéndose en juez para competencias anuales inspiradas en Ignacio y sus Nachos en Piedras Negras.
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