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En comparación de los gatos u otros animales domésticos, los perros son catalogados como los mejores amigos que una persona puede tener, debido a que suelen demostrar emociones positivas como el amor. No obstante, una reciente investigación sugiere que los perros podrían no amar a sus dueños como se cree.
Según un informe realizado por Clive Wynne, especialista en comportamiento canino de la Universidad Estatal de Arizona, los perros son capaces crear vínculos emocionales con cualquier especie con las que entran en contacto y no sólo con sus amos.
Wynne le explicó a The New York Times que hay una “disposición anormal de los perros a formar fuertes lazos emocionales con casi todo lo que se le cruza en su camino” y que esto les ha ayudado a desarrollar curiosidad y voluntad para relacionarse con otras especies.
Si bien no hay datos específicos de cuándo o cómo surgieron las relaciones emocionales entre perros y humanos, Wynne cree que sucedió hace más de 10 mil años, cuando comenzó la domesticación de los lobos para seguir instrucciones o demostrar amabilidad en los primeros asentamientos y el inicio de la agricultura.
El autor del informe Dog is Love: Why and how your dog love you también dice que estos animales lograron desarrollar genes asociados con la “amistad indiscriminada” como resultado de la crianza por amistad.
Clive señala que estos vínculos con humanos son sólo una ligera ventaja evolutiva sobre otras especies y que no es evidencia científica de que el cariño o amor que le demuestran los perros a sus dueños sea menos real.
Para llegar a estas conclusiones, Clive Wynne revisó estudios históricos e investigaciones de evolución genética, así mismo se basó en su propia experiencia como dueño de su mascota Xephos y de la capacidad de comunicación entre ambos por medio de la mirada y obediencia.
¿Qué hay de los vínculos entre gatos y humanos?
Por su parte, un estudio realizado por la Universidad Estatal de Oregón dice que los gatos desarrollan lazos afectivos con sus cuidadores similares a los que existen entre niños pequeños y los perros.
“Tanto en los perros como en los gatos, el apego a los humanos puede representar una adaptación del vínculo entre la crianza y el cuidador”, señala Kristyn Vitale, autora de dicha investigación.
“El apego es un comportamiento biológicamente relevante. Nuestro estudio indica que cuando los gatos viven en un estado de dependencia con un humano, ese comportamiento de apego es flexible y la mayoría de los gatos usan a los humanos como fuente de consuelo”, dice.
De acuerdo con los científicos, ambas especies desarrollan apegos y emociones con sus humanos relacionados a la confianza para encargarse de sus necesidades, proporcionarles comodidad y seguridad en su entorno.
Consulta más información sobre el estudio que revela que los gatos sí aman a sus dueños aunque no lo demuestren siguiendo este enlace.