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Una Navidad perfecta se complementa con un árbol fresco y hermoso en casa, pero en ocasiones es complicado mantenerlo en el mismo estado durante toda la temporada de festividades.
Si este año colocarás un árbol natural, es importante hacer cambios en tu casa desde antes de comprarlo. En caso de ser posible, ajusta la temperatura de la habitación donde permanecerá a niveles frescos.
Con una cinta métrica mide la altura del cuarto y el ancho de la puerta para que no compres un ejemplar más grande que no quepa en la habitación. No olvides dejar un margen para la base.
Al buscar árboles, pasa tu mano cerrada por una rama para verificar que las hojas sean flexibles y no se caigan. No adquieras aquellos que están descoloridos, frágiles o que la corteza huele a humedad.
Si vas a transportar el árbol en la parte superior del automóvil, ten cuidado al amarrarlo y envuélvelo para evitar que el viento lo seque.
Al llegar a casa, corta dos centímetros y medio del tronco y luego colócalo en la base, para que pueda absorber mejor el agua.
Todos los días verifica el nivel del agua del árbol y rellena el recipiente donde se encuentra cuando tenga la mitad de líquido, lo que generalmente ocurre en dos días. Si notas que deja de absorber agua, debes cortar otros dos centímetros y medio al tronco.
Consulta en la galería de la parte superior otros consejos para que tu árbol de Navidad no se seque.