Durante la década de los noventa y hasta la actualidad, Luis Miguel ha sido uno de los huéspedes más distinguidos del puerto de Acapulco hasta el punto de considerarse como un ícono de la ciudad costera.
Pensar en el cantante mexicano es pensar en el sol, arena y mar, así como en el lujo, hedonismo y elegancia.
Estos adjetivos también califican a las propiedades de las que LuisMi se ha hecho en las últimas décadas en las zonas más exclusivas del destino turístico, como la mansión que construyó sobre Playa Bonfil, ahora Zona Diamante de Acapulco.
En esta casa, construida en un terreno de 36 mil metros cuadrados, Luis Miguel pasaba largas temporadas vacacionando, de fiesta, con amigos, novias e incluso amantes.
Poco después de adquirir propiedades en California y Miami, el cantante de Por debajo de la mesa abandonó la casa, hasta el punto de dejarla en completo descuido y posteriormente venderla a la inmobiliaria del empresario y amigo, Jaime Camil, por cerca de 100 millones de pesos en 2013.
Casi siete años después, la casa continúa abandonada y en malas condiciones, aunque todavía conserva las imponentes estructuras que él mismo diseñó junto con un grupo de arquitectos.
Así lo dejó ver Hugo Gzbn, un popular tiktoker que llegó a Acapulco y que se coló a la propiedad para dar un recorrido virtual por el interior.
En sus redes sociales, el joven documentó su visita a la casa del Sol de México con sus amigos y la calificó como “un paraíso”.
Cabe resaltar que hoy en día la propiedad es conocida como la casa de Luis Miguel; sin embargo, ya no es de él.
En tres videos se muestra una enorme piscina que rodea el frente de la mansión con impresionantes vistas al Océano Pacífico, además de estanques, una cancha de tenis, escaleras exteriores y múltiples jardines con vegetación ya seca, pero donde brillaban palmeras y arbustos.
Está construida en forma redonda “porque así recibe más energía del sol”, dijo Luis Miguel en una entrevista en 1996.
Todavía conserva los materiales que se usaron en su construcción, mismos que tenían temáticas de Acapulco y de Guerrero en general.
En la parte superior de la casa se puede apreciar una terraza abierta, con barandales de vidrio para conservar las impresionantes vistas al mar.
La mansión cuenta con habitaciones alfombradas, elevadores, enormes ventanales de cristal que van desde el techo hasta el piso; una sala circular con pilares de mármol, una cava de vino, acabados de lujo en las paredes y techo, elegantes escaleras con fierro forjado, paneles de madera, portones y plataformas con doseles dorados para las camas.
Del otro lado de la casa principal hay una casa para invitados con una palapa en la azotea, otra piscina y zonas de descanso.
Debido al abandono, la propiedad tiene puertas y ventanales rotos, jardines quemados por el sol, humedad, suciedad en la mayoría de todas las habitaciones, muebles acabados que todavía dan un vistazo de sus épocas de gloria y lujo, fachadas descoloridas, polvo, repisas ya dañadas y cortinas sucias.
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