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El estrés es una de las principales afecciones de tensión física y emocional que experimentan los humanos, ya sea por el trabajo, la escuela, preocupaciones sobre las finanzas, salud, el tránsito y muchos más factores.
En las últimas décadas, los estadounidenses entre los 45 y 65 años han estado experimentando más estrés que en la década de 1990, revela una investigación publicada en la American Psychologist.
Según recientes datos de The American Institute of Stress, al menos el 77 por ciento de la población estadounidense ha experimentado alguna vez en su vida los síntomas físicos causados por el estrés como dolores de cabeza e insomnio, mientras que el 73 por ciento sufre de ansiedad, depresión e irritabilidad.
A su vez, el 33 por ciento afirma vivir con estrés extremo diariamente, con tendencia a aumentar en un plazo de cinco años.
Si bien el estrés está vinculado a un sinfín de problemas de salud crónicos y los ya mencionados síntomas, un nuevo estudio encontró una relación estrecha entre el estrés y un mayor riesgo de enfermar del corazón.
Las personas sometidas a un estrés prolongado son más propensas a desarrollar presión arterial alta y problemas cardíacos.
Científicos de Estados Unidos obtuvieron estos hallazgos luego de analizar datos hormonales de 400 estadounidenses durante más de una década.
Se descubrió que el riesgo de accidentes cardiovasculares, incluídos los ataques o enfermedades cardíacas, aumenta un 90 por ciento cada vez que los niveles de estrés llegaba a su punto máximo.
“El estrés, la depresión, la frustración, la ira y una visión negativa de la vida no sólo nos hacen personas infelices, sino que repercuten negativamente en nuestra salud y longevidad”, señaló en el estudio Glenn Levine, cardiólogo y autor principal de la investigación.
Por su parte, el riesgo de presentar hipertensión (presión arterial alta) aumentó hasta un 30 por ciento. Esta afección puede dañar el corazón, órganos principales y arterias, aumentando a la par las probabilidades de afecciones graves e incluso mortales.
La investigación, publicada en Circulation, la revista oficial de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA por sus siglas en inglés).
¿Cómo trabaja el estrés sobre la salud cardíaca?
Los autores del estudio señalan que, cuando los niveles de estrés son altos, el cuerpo produce la hormona cortisol que pone a la persona en un modo de “lucha o huida”.
La respuesta de defensa primaria hace que el corazón lata más rápido y por consecuencia eleve la presión arterial y aumente el flujo de oxígeno a los músculos.
Cuando el episodio de estrés baja, normalmente el cuerpo y los órganos involucrados se relajan y vuelven a su condición normal; sin embargo, cuando los episodios son contínuos y fuertes, suelen desarrollarse el insomnio, hábitos de mala alimentación y aumenta el consumo de alcohol o sustancias nocivas.
Todo esto en conjunto puede encaminar al cuerpo a enfermar y a desarrollar presión arterial alta o hipertensión a largo plazo.
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