Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Ohio y del Centro Médico Wexner identificaron la raza de perro que presenta el mayor riesgo de morder a niños. También analizaron sus rasgos físicos.
El estudio, publicado en International Journal of Pediatric Otorhinolaryngology, halló que los perros pitbull tienen el mayor riesgo de morder y causar el mayor daño por mordida. Le siguen los perros de razas mixtas. “Lo mismo ocurre con los perros con cabezas anchas y cortas que pesan entre 66 y 100 libras”, anotan.
Los investigadores, encabezados por el Dr. Garth Essig, estudiaron cómo la frecuencia de mordeduras se relaciona con la raza, peso y forma de la cabeza.
Revisaron 15 años de casos de traumas faciales relacionados con perros en el Nationwide Children's Hospital y el Sistema de Salud de la Universidad de Virginia. Tomaron nota del tamaño de la herida, desgarro del tejido, fracturas óseas, entre otras lesiones.
Señalan que también realizaron una extensa búsqueda bibliográfica desde 1970 hasta la actualidad para documentar mordeduras de perros que informaron su raza.
“Esto se combinó con los datos del hospital para determinar el riesgo relativo de mordedura y el daño tisular promedio de la mordedura”, escriben.
Aunque hay más casos registrados de mordeduras de pitbull, las circunstancias que hacen que un perro muerda varían. Además de la raza del perro, importa el comportamiento de la víctima y las conductas que el dueño le haya enseñado a su mascota.
“Los niños pequeños son especialmente vulnerables a las mordeduras de perros porque pueden no notar signos sutiles de que un perro puede morder", dijo el Dr. Charles Elmaraghy, coautor del estudio.
“Vemos todo, desde laceraciones simples hasta lesiones en las que hay una importante pérdida de tejido que necesita injertos u otra cirugía reconstructiva. Esta investigación proporciona un nuevo marco para la toma de decisiones para las familias que consideran la propiedad de perros”, agregó.
1. La mayoría de las mordeduras a los niños se producen por un perro de la familia. Proporciona lugares de descanso para los perros lejos de las zonas donde los niños juegan.
2. Si no puedes estar al pendiente del niño, procura una barrera física entre el perro y el niño, como una puerta o jaula.
3. Si el lugar favorito del perro es en el sofá, coloca una toalla o manta para delimitar su espacio.
4. Los niños no deben acercarse, tocar o interactuar con los perros mientras están comiendo.
5. Enseña a los niños a informar si el perro se llevó uno de sus juguetes o comida.