La menopausia señala el fin de una vida reproductiva en las mujeres. Suele presentarse con una gran cantidad de efectos secundarios, que van de molestos a graves, debido a cambios hormonales.
Bochornos y sudores nocturnos son los malestares más comunes en mujeres perimenopáusicas y menopáusicas, pues hasta el 75% los padecen.
Los expertos de la Sociedad Norteamericana de Menopausia dicen que no está completamente claro qué causa los bochornos, pero se cree que los cambios hormonales hacen que el "termostato" del cerebro sea más sensible a los cambios percibidos en la temperatura.
La menopausia se debe a una disminución en la producción de estrógeno y progesterona. Sus síntomas pueden durar una década o más.
Aunque algunos ensayos clínicos indican que la terapia hormonal puede ser una forma segura y efectiva de controlar la mayoría de los síntomas, no se considera un enfoque de primera línea.
La doctora Joann Manson y Lee Bell, de la Facultad de Medicina de Harvard, sugieren probar modificaciones en el estilo de vida, durante al menos tres meses después de que comiencen los síntomas, antes de probar la terapia hormonal.
Los sofocos son molestos y tienen un impacto desagradable en la vida diaria: perturban el sueño, causan estrés y llevan a episodios de ira. La terapia cognitivo-conductual y la hipnosis clínica pueden reducirlos, según Harvard.
Si necesita medicarse, tome paroxetina e inhibidores de recaptación de serotonina, pues son los únicos medicamentos no hormonales, aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos.
En nuestra galería, más tratamientos no hormonales que te ayudarán a lidiar con los síntomas como resequedad vaginal, aumento de peso, períodos irregulares y cambios de humor.