El Día de Acción de Gracias o Thanksgiving, es una de las celebraciones más importantes y esperadas del año para los estadounidenses; este año será el jueves 23 de noviembre.
Y es que en esta fecha, las familias suelen reunirse para disfrutar de un delicioso banquete elaborado a partir de elementos de cosecha y dar gracias por lo que disfrutaron de todo el año, esperando que el venidero sea aún mejor.
La comida es la protagonista de la celebración. La cena de Thanksgiving debe incluir una serie de platillos especiales y únicos como el pastel de calabaza, el puré de papas, pero principalmente el famoso pavo horneado o asado.
De acuerdo con el Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria (FSIS) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), la preparación del pavo debe ser especial y cuidadosa para poder disfrutarlo en la cena sin peligros por intoxicación alimentaria.
El FSIS recomienda comprar pavos frescos al menos dos días antes de prepararlo, refrigerarlo hasta el momento de cocinarlo; en este caso, no es viable comprarlo con relleno, porque el pavo crudo y sin limpiar puede contaminar con bacterias peligrosas la comida de relleno.
En caso de comprar pavos congelados con relleno, inspeccionados por USDA, el FSIS recomienda cocinarlos congelados, o precalentados en horno de microondas antes de cocinarlos bien.
En caso de quererlo descongelar antes, se puede poner en agua fría o guardarlo en el refrigerador un día antes de comenzar a cocinarlo.
Una de las principales formas de cocinar el pavo es asado en horno. El FSIS dice que el horno debe estar configurado a una temperatura mínima de 165°C.
El pavo debe ir en una rejilla “en una fuente para asar poco profundo”. No se recomienda que esté relleno, de hecho, esta comida complementaria debe guisarse en una cazuela a parte a una temperatura mínima segura de 73°C.
Se debe revisar la temperatura interna de la carne con un termómetro de cocina para comprobar que se está cocinando de forma segura y pareja, en especial la parte interna del muslo, las alas y la parte más gruesa de la pechuga; el pavo debe cocinarse a una temperatura promedio de 80°C.
Se recomienda cubrirlo con una tapa o papel aluminio para que guarde calor y húmedad durante la primera hora y media
Al momento de servirlo, se recomienda esperar 20 minutos antes de cortarlo para permitir que se “asienten los jugos” y sea más manejable para el cuchillo.
Con un horno a temperatura de 165°C, estos son los tiempos que se necesitan para cocinar un pavo en relación a su peso:
2 a 3.5 kilos (pechuga) 1½ a 3¼ horas
3.5 a 5.5 kilos 2¾ a 3 horas
5.5 a 6.5 kilos 3 a 3¾ horas
6.5 a 8 kilos 3¾ a 4¼ horas
8 a 9 kilos 4¼ a 4½ horas
9 a 11 libras 4½ a 5 horas
2.8 a 3.6 kilos (pechuga) 2½ a 3½ horas
3.6 a 5.5 kilos 3 a 3½ horas
5.5 a 6.5 kilos 3 ½ a 4 horas
6.5 a 8 kilos 4 a 4¼ horas
8 a 9 kilos 4¼ a 4 ¾ horas
9 a 11 libras 4 ¾ a 5 ¼ horas
Un pavo congelado tardará al menos 50% por ciento más de tiempo de lo que tarda un pavo descongelado o precalentado.
Después de manipular el pavo crudo, ya sea fresco o congelado, es necesario lavar con jabón, agua e incluso cloro o desinfectante, las manos, utensilios, fregadero, mesa o lo que haya entrado en contacto con la carne cruda para evitar intoxicación o contaminación por bacterias.