Bienestar

Sí, el hambre nos pone de malas y hay una razón científica

¿Has escuchado la frase ‘no tomes decisiones con el estómago vacío’?

16/08/2017 |06:00Diana Espinoza |
Vive USA
RedacciónVer perfil

¿Has escuchado la frase ‘no tomes decisiones con el estómago vacío’? Existen razones científicas por las cuales sentimos enojo cuando estamos hambrientos.

Simon Oxenham señala en que la principal razón por la que nos volvemos más irritables cuando tenemos hambre es porque nuestro nivel de glucosa baja. “Esto puede hacer que sea más difícil concentrarnos y somos propensos a romper relaciones con los que nos rodean”, señala.

Los bajos niveles de azúcar en la sangre también desencadenan la liberación de hormonas relacionadas con el estrés, tales como el cortisol, y una sustancia química llamada neuropéptido. Según la ciencia, esto hace que las personas se comporten más agresivamente.

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La Universidad de Columbia, en Nueva York, señala que los jueces son mucho más propensos a ofrecer una decisión favorable al comienzo del día o cuando se acerca la hora del almuerzo.

“Que algo tan inocuo pudiera determinar si una persona camina libre o permanece detrás de las rejas es profundamente preocupante. A lo largo de los siglos, hemos desarrollado sistemas jurídicos fundados en el principio de que todos son iguales ante la ley y merecen un juicio justo y objetivo. Sin embargo, los procedimientos con demasiada frecuencia se basan en la racionalidad de la mente humana - que fácilmente puede descarrilarse”, dicen.

Los sobre el hambre y el mal humor también han sido realizados en el Instituto Max Planck de Neurobiología. Los científicos hallaron que las personas hambrientas toman más riesgos financieros que aquellas que están saciadas.

Llegaron a la conclusión de que la falta de comida afecta nuestro estado de ánimo e influye en nuestra disposición de asumir más riesgos.

El fenómeno también es evidente en el reino animal. La voluntad de los animales por asumir riesgos aumenta o disminuye dependiendo de si están hambrientos o no. “Un depredador caza más presas peligrosas cuando está a punto de morir de hambre”.

No obstante, también es posible activar los “químicos de la felicidad” en nuestro cuerpo. Entérate cómo en nuestra galería.