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El concepto de amor es un poco difícil de definir, dicen que sólo las personas que lo han sentido intensamente pueden dar testimonio de lo que es, aunque algunos diccionarios lo describen como un conjunto de emociones y sentimientos que le dan placer y alegría a la vida .
Otros dicen que es un estado mental orgánico que puede crecer o disminuir dependiendo de su evolución o retroalimentación. Cuando una persona está enamorada siente la necesidad de estar cómoda con alguien más. Se compromete y evidencia su devoción y amor propio.
El amor romántico abarca varias emociones como la euforia y el placer y tiene efectos positivos en la sociedad, pero también es un juego doble ya que se asocia con el estrés los celos, la tristeza e incluso con la vergüenza.
Por años hemos pensado que el amor se da de la nada y que no hay método existente que nos libre de esa extraña maravilla, sin embargo, no sabemos nada de ello.
Este sentimiento no sólo crece en el corazón como la leyenda cuenta, ni tampoco se origina de las mariposas que revolotean en el estómago cuando hay interés por otras personas. En realidad, el cerebro interviene en la función de querer a grandes escalas a alguien más.
El cerebro controla todo el cuerpo, regula nuestras funciones e incluso las emociones, es por eso que psicólogos de la Universidad de Missouri St. Louis, Estados Unidos y de Erasmus University Rotterdam, Países Bajos realizaron un estudio en donde se comprueba que el cerebro el es medio indicado para revertir el amor.
Por medio de estrategias conductuales y cognitivas se pueden redirigir los sentimientos, este método es bautizado como la “Regulación amorosa” y sugiere un cambio significativo en las relaciones a largo plazo o después de una decepción para reiniciar las emociones en otros prospectos.
Cerca de 40 personas fueron parte del estudio. La mitad de los asistentes estaban en una relación amorosa, mientras que la otra parte tuvo una ruptura previa. Cada persona llevó consigo 30 fotos de sus parejas o ex’s. Se les pidió que evaluaran los aspectos positivos y negativos de los individuos para una regulación positiva o negativa.
Por medio de preguntas, los participantes experimentaron un alza en el amor romántico hacia sus parejas cuando la regulación fue positiva y menos amor cuando la regulación fue negativa.
Aumentaron las ondas cerebrales cuando el estímulo fue placentero, y disminuyeron cuando descifraron los defectos de la otra persona convirtiéndose en las regulaciones negativas.
El estudio se basa en teorías como la que propuso Freud: la mente puede controlar las emociones, y es por eso que los científicos de esta investigación aseguran que se puede trabajar con más sentimientos como la ira y la ansiedad.
En la galería te dejamos con más datos de este método que promete la manipulación del amor.