El Día de Acción de Gracias o Thanksgiving Day está protagonizado siempre por la comida, elaborada a partir de elementos de cosecha y con platillos especiales y tradicionales como el puré de papa, el pastel de calabaza o el pavo.
Si bien hay que tener cuidado con la preparación de la comida para evitar riesgos por intoxicación alimentaria, también hay que cuidar las sobras, dicen los expertos del Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria (FSIS) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
El FSIS recomienda dividir el pavo en pequeñas porciones y repartirlo en recipientes poco profundos y tapados para poderlo refrigerar y que tenga un enfriamiento más rápido.
Tanto el pavo como el relleno y las salsas o aderezos no deben de estar en el refrigerador más de 3 o 4 días, ya que pueden llegar a generar bacterias o echarse a perder parcialmente.
Por su parte, el pavo y los complementos van a durar más tiempo si se congelan. El FSIS dice que la comida puede llegar a durar hasta 6 meses en buenas condiciones y con calidad; después de este tiempo debe desecharse.
En caso de que el pavo o su relleno hayan quedado expuestos a temperatura ambiente durante más de 2 horas o una hora a temperaturas superiores a 32°C, la comida debe ser desechada.
Si la comida incluye ensaladas, sólo debe ser refrigeradas por 3 o 4 días y después desecharlas; no se congela.
No importa si el pavo se come frío, ya que está bien cocido y es seguro. En caso de quererlo calentar, se puede meter al horno de gas o en el horno de microondas.
Para el horno, la temperatura debe estar configurada a no menos de 185°C. El pavo debe calentarse a una temperatura interna de 74°C; se puede comprobar la temperatura con un termómetro para alimentos especial.
La carne siempre debe estar húmeda y tapada para evitar que se queme o se pegue, basta con un poco de caldo o agua.
En cuanto al uso del microondas, la comida debe estar cubierta y debe ser girada para que se caliente de forma uniforme a una temperatura interna de 75°C.
El tiempo en el que se debe recalentar depende de la potencia del microondas, por lo que es necesario medir la temperatura de la carne constantemente y en todas partes, incluido el relleno para verificar que en realidad está bien caliente.