En Estados Unidos cada año se registran más de 735 mil infartos, de los cuales 525 mi son un primer ataque cardíaco y 210 mil ocurren en personas que han sufrido más de uno en su vida, indican los CDC.
Si bien estas complicaciones cardíacas están relacionadas con obesidad, mala alimentación, herencia, poca actividad física o consumo excesivo de alcohol, un reciente estudio encontró que también se relacionan con trastornos límites de personalidad (TLP) originados por deficiencias psicológicas y sociales, así como problemas de comportamiento y emocionales.
Una nueva investigación publicada en la Asociación Americana de Psicología (APA por sus siglas en inglés) sugiere que los adultos de mediana edad con trastorno límite de personalidad pueden desarrollar un mayor riesgo de infarto a diferencia de otros adultos sanos o con diferentes enfermedades, ya que suelen presentar signos de “empeoramiento de la salud cardiovascular” y no recibir la atención médica adecuada.
“Aunque el trastorno límite de la personalidad está bien estudiado por su relación con los trastornos psicológicos y sociales, la reciente investigación ha sugerido que también puede contribuir a los riesgos de salud física”, señala Whitney Ringwald, investigadora de la Universidad de Pittsburgh y autora del informe.
“Nuestro estudio sugiere que los efectos de este trastorno en la salud del corazón son tan grandes que los médicos que tratan a los pacientes deberían recomendar controlar su salud cardiovascular”.
Para llegar a estas conclusiones, un grupo de expertos analizaron los datos de salud mental, incluida la depresión, de mil 295 personas de entre 30 y 50 años de edad, además combinaron informes sobre su salud física y factores de riesgo implicados en los infartos: <span ><strong>presión arterial,</strong></span> índice de masa corporal, niveles de insulina, glucosa y colesterol después de un ayuno de 12 horas.
De acuerdo con APA, el trastorno límite de la personalidad es una afección mental caracterizada por cambios continuos de humor, conductas impulsivas, reacciones emocionales extremas e incapacidad para manejarlas, entre ellas ira, depresión y ansiedad.
A menudo, estos problemas mentales dificultan el desarrollo social en ámbitos laborales, escolares, familiares o amistosos.
Tan sólo en Estados Unidos el 1.4 por ciento de los adultos de mediana edad sufren de trastorno límite de personalidad, según datos del Instituto Nacional de Salud Mental.
Según los expertos, el TLP se puede desarrollar a partir de asociaciones familiares, factores cerebrales o factores medioambientales, sociales y culturales a partir de eventos traumáticos en la infancia o conflictos inestables donde las personas se sientieron invalidadas.
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