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La reputación nutricional de los quesos y productos lácteos pende de un hilo en estos días.
Si bien las autoridades y organizaciones de salud nos han dicho durante años que estos productos son una fuente importante de nutrientes que benefician a nuestro crecimiento y son elementos claves en la adultez para mantener la salud de los huesos en óptimas condiciones, hoy en día existe la duda sobre si son realmente saludables.
Esto es lo que dicen los expertos de Harvard al respecto.
¿Es necesario el consumo de productos lácteos?
Según Vasanti Malik, investigador en nutrición de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, la leche y sus derivados no son un elemento necesario en las dietas saludables de muchas personas.
Sin embargo, para algunos “es la forma más fácil de obtener el calcio, la vitamina D y las proteínas necesarias para mantener el corazón, los músculos y los huesos sanos y funcionando correctamente”, apunta el experto.
¿Qué aportan los productos lácteos?
Los derivados lácteos como la leche como el queso, el yogur y el requesón son buenas fuentes de calcio que mantienen la densidad ósea y reduce el riesgo de fracturas, además aportan vitamina D y proteínas buenas para la masa muscular y fuerza.
Según Harvard, los adultos de 50 años necesitan 100 miligramos de calcio por día y las mujeres mayores de 50 y hombres mayores de 70 necesitan 1,200; mientras que un hombre necesita 0.6 gramos por kilogramo de peso corporal de proteína.
¿Son saludables los lácteos?
Según estas aportaciones a la salud, el queso y otros productos lácteos SÍ son buenos dentro de una perspectiva general, pero su impacto directo en la salud se ha puesto en debate dentro de la ciencia.
Esto se debe a que algunas investigaciones advierten contra el consumo excesivo de estos productos por su alta cantidad de grasa que pueden amenazar la salud cardíaca.
Otros informes indican que la salud del corazón depende de la cantidad de estos productos consumidos por día. La Asociación Estadounidense del Corazón recomienda que los adultos sigan el consumo limitado de productos lácteos sin grasa o bajos en grasa.
Por su parte, una investigación publicada en el British Journal of Nutrition indica que aquellos voluntarios hombres que comieron muchos productos lácteos fermentados como el yogur y el queso tuvieron un menor riesgo de enfermedad arterial coronaria en comparación con aquellos que consumieron menos.
El consumo de lácteos se ha relacionado con otra serie de beneficios científicamente comprobados como una salud metabólica buena que, a pesar de tener niveles altos de calorías, el queso, la leche y otros alimentos similares promueven un mejor peso corporal, reduce el riesgo de obesidad y de diabetes.
Por el contrario, se sabe que los lácteos afectan la piel con la estimulación de la liberación de insulina y la proteína IGF-1 conocida por relacionarse con el aparecimiento del acné y con el aparecimiento de ciertos cánceres como el de próstata
Este debate de pros y contras no pone como héroes o villanos a estos alimentos. Sus beneficios y posibles daños dependen de la dieta diaria que una persona puede llevar, dice el experto de Harvard, así como de la cantidad de lácteos que consume y de la forma en que los equilibra con otros elementos como verduras, nueces o fuentes alternas de calcio, proteínas y vitaminas.
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