De acuerdo a un artículo publicado por The Daily Meal existen grandes cantidades de comida que no se consume al final del día en los restaurantes de los Estados Unidos. Este fenómeno ha causado inquietud no solo entre los restauranteros sino también en el público en general y asociaciones ligadas a los más necesitados.
Para determinar que alimentos son conservables y desechables la selección se hace de acuerdo a ciertos estándares. Por una parte, aquellos que no han sido preparados y pueden conservarse por más tiempo. Los que fueron preparados, pero no servidos y finalmente los restos de los comensales.
Cuando hablamos de los que no han sido preparado y pueden conservarse por más tiempo, no hay mucho de qué hablar, ya que serán consumidos o desechados a su fecha de caducidad.
Para los que fueron preparados, pero no servidos, existe una buena opción de ser donados a programas de recuperación para aquellos que lo necesitan. Algunas veces son pequeños locales en la comunidad y otras a organizaciones más formales como Food Runners y City Harvest.
Por supuesto que si la comida no se encuentra en buen estado esta es desechada de cualquier forma.
Si los alimentos fueron cocinados y permanecieron por un buen tiempo en la cocina, generalmente estos también se desechan a menos que sean donados inmediatamente para su consumo.
Algunos restaurantes mantienen ciertas reticencias para la donación por temor a provocar que alguien pueda enfermarse y enfrentar serias demandas. Sin embargo, gracias a Bill Emerson Good Samaritan Food Donation Act en 1996, esto ha ido cambiando, ya que los donadores están protegidos contra cargos civiles y criminales cuando los productos han sido donados en buenas condiciones y de buena fe, a excepción de casos de absoluta negligencia o mal intención.
En el caso de los residuos por comensales, estos son definitivamente puestos en los desechos de basura para cumplir con las normas de sanidad.
Los desperdicios de comida es un problema muy grande en los Estados Unidos. De acuerdo a algunos estudios realizados por The Natural Resources Defense Council en 2012, cerca de $165 billones de dólares son tirados en residuos de comida anualmente.
La buena noticia es que muchos restaurantes están cuidando sus finanzas y realizando esfuerzos adicionales para que la comida no sea desperdiciada y pueda saciar a un buen estómago.
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