Para muchos viajeros la comida que se ofrece en el avión es un gran apoyo, en especial cuando los vuelos son largos y con múltiples escalas y cuando se quiere ahorrar en snacks o restaurantes una vez que aterrizan.
De acuerdo con los expertos en seguridad sanitaria, estos alimentos pueden ser una gran ayuda, pero también pueden ocasionar algunas enfermedades estomacales.
El menú que se ofrece en los vuelos es sometido a altos estándares de inspección antes de ser llevados de tierra a la cocina o bodegas de los aviones; sin embargo, los especialistas dicen que los controles de calidad no sirven de mucho una vez que el avión despegó.
Jean Dible, experta en seguridad alimentaria de las principales aerolíneas de Estados Unidos, le dijo a Make It de CNBC que la comida multiplica sus probabilidades de infectarse con bacterias estando el avión en pleno vuelo.
Y es que la comida se expone a bacterias debido a que tarda en ser servida una vez que fue preparada o empaquetada para su posterior repartición.
Dible explica: “En la industria de los restaurantes, la comida se cocina y se sirve sin demora. En la industria de la aviación, los alimentos se preparan en una empresa de catering y luego se empaquetan en contenedores aislados y se transportan en camiones a los aeropuertos para colocarlos a bordo del avión”.
Agrega que el cambio de la temperatura y tiempo entre preparación y consumo pueden promover enfermedades transmitidas por alimentos, no sólo en Estados Unidos, sino en todo el mundo, ya que todas las aerolíneas siguen este modelo de servicio alimentario en los aviones.
Cuando el yogurt, la leche, queso, requesón u otros derivados de los lácteos no se refrigeran bien o se mantienen en el exterior por mucho tiempo se echan a perder o se deterioran.
La listeria es la principal bacteria que invade los lácteos y por lo regular no se ven ni producen malos olores, de esta forma es más sencillo consumirlos sin saber el daño que pueden ocasionar al estómago.
En general, los embutidos suelen hacer daño porque no son sometidos a un proceso de calentamiento para matar bacterias y a la temperatura incorrecta desarrollan riesgo por listeria, dice la FDA.
Con los embutidos, otros alimentos que pueden ser peligrosos son los sándwiches y ensaladas ya que no son calentados o hervidos para matar las bacterias y, por el contrario, las condiciones de temperatura pueden promover la multiplicación y expansión.
Los cubos de hielo ayudan a mantener las bacterias vivas y promueven su multiplicación. Muchos de los casos de contaminación de bacterias son responsabilidad del personal que manipula el hielo al no usar guantes, no lavarse las manos o no lavar bien los recipientes.
Ambos tipos de alimentos se sirven en cócteles o ensaladas junto a otros elementos crudos o sin calentar que tienen más riesgos de contaminación.
La experta asegura que las verduras de hoja verde son las más propensas a contaminarse desde su cultivo en el campo por bacterias que adquieren del suelo, agua y estiércol. Si no se lavan y desinfectan bien, estas hojas pueden contaminar el resto de alimentos y platos ya servidos.
Por su parte, la fruta como el melón también está expuesta a contaminarse y contaminar, en especial si no se transportan a una temperatura fresca.
Normalmente los mariscos están expuestos a contaminarse con salmonella, E.Coli, Vibrio vulnificus o listeria, así los tengamos en casa o se compren frescos o congelados en el supermercado. Ahora, durante un vuelo, las bacterias se multiplican con facilidad por el cambio de temperatura y la forma en que se sirven.
De acuerdo con Dible, los mariscos como camarones y ostras son incluidos en los principales platillos servidos en primera clase sin importar el alto riesgo que representan.