Los productos lácteos constituyen uno de los niveles de alimentación importante de la pirámide alimenticia debido a su alto contenido proteico, vitamínico y una de las principales fuentes de calcio, con elementos como leche, queso y yogur.
Según los especialistas, se deben consumir en promedio un par de estos alimentos al día siempre y cuando se complemente con otros elementos como frutas y verduras, granos integrales y porciones limitadas de carnes magras como pescado o pollo.
Si bien se sugiere un límite de consumo de lácteos debido a sus niveles de grasas trans y rumiantes, que pueden alterar los niveles de colesterol LDL (malo), una nueva investigación señala que estos alimentos tienen la capacidad de reducir el riesgo de algunas enfermedades cardíacas.
Un grupo de investigadores internacionales analizaron el consumo de grasas lácteas de 4 mil 150 participantes de 60 años en Suecia, uno de los países con los niveles más altos en la producción y consumo de lácteos del mundo.
Midieron los niveles de ácido graso en la sangre, en particular un ácido que se encuentra en los lácteos llamado 15:0 o ácido pentadecanoico. También tomaron en cuenta que los voluntarios no presentaran otros riesgos vasculares como el tabaquismo.
Uno de los hallazgos más destacables, obtenido después de un seguimiento de 16 años, señala que las personas con niveles más altos de ácidos grasos ligados a los lácteos tenían un riesgo más bajo de enfermedad cardiovascular y ningún riesgo mayor de muerte por todas las causas.
“Si bien los hallazgos pueden estar influenciados en parte por factores distintos a la grasa láctea, nuestro estudio no sugiere ningún daño de la grasa láctea per se”, dijo Matti Maklund, PhD, investigador y uno de los autores principales del estudio.
Y agregó: “Descubrimos que aquellos con niveles más altos en realidad tenían el menor riesgo de ECV /enfermedad cardiovascular). Estas relaciones son muy interesantes, pero necesitamos más estudios para comprender mejor el impacto total en la salud de las grasas lácteas y alimentos lácteos”.
Kathy Trieu, otra de las autoras de la investigación, dijo en el informe que anteriormente algunos productos lácteos, como los fermentados, se habían asociado con beneficios para el corazón.
Los resultados de dicho estudio complementan otras investigaciones hechas en Estados Unidos, Reino Unido y Dinamarca, donde el consumo de lácteos también es alto.
Asimismo, se hizo hincapié acerca de que el consumo de lácteos no protege del todo contra las enfermedades cardiovasculares, pero sugiere que los productos lácteos son menos dañinos para el corazón de lo que los expertos en nutrición y cardiólogos han asumido durante años.
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