¿Te hablaron al oído y se te puso la piel de gallina? ¿O pensaste en algo escalofriante y pasó lo mismo? Esta reacción de nuestro cuerpo es tan compleja como maravillosa y el médico Donald Ford profundizó sobre ello en el blog de Cleveland Clinic.
La piel de gallina también es conocida como horripilación o piloerecciones y, de acuerdo con el especialista, ocurre cuando el sistema nervioso simpático activa los pequeños músculos, ubicados en la base de cada folículo piloso, para que se contraigan y esa contracción muscular hace que el pelo se erice.
Las emociones que tienen un impacto en el sistema nervioso simpático y, por lo tanto, producen piel de gallina son:
El miedo o shock, como respuesta de lucha o huída. “Imagine al Homo habilis, nuestros primos primitivos cubiertos de pelo, caminando sobre la tierra hace 2 millones de años. La piloerección ayudó a protegerlos de la depredación, lo que hizo posible que el Homo sapiens apareciera en escena varios milenios después”, explica.
Ahora nuestra piel de gallina ya no asusta a depredadores, pero es resultado de la evolución.
El científico también explica que todo ese pelo en punta hacía que el Homo habilis pareciera más grande y “probablemente fue útil para atraer parejas potenciales”. Como resultado de la evolución, esto también dejó de ser relevante.
“En los animales, el pelo de punta crea un aislamiento contra el frío”, explica el Dr. Ford. “Si fuéramos tan peludos como nuestros antepasados, la piel de gallina haría lo mismo por nosotros”.
Cleveland Clinic dice que una investigación realizada en 2020 descubrió que la piel de gallina ayuda a mantener el calor a corto plazo. Se estimula más en quienes atraviesan un resfriado.
Estar feliz, emocionado, triste, asustado, asombrado o enojado a un nivel muy intenso también puede activarla.
“¿Alguna vez ha tenido escalofríos escuchando música hermosa, leyendo poesía o escuchando una historia o un discurso particularmente inspirador? Es un escalofrío psicógeno, una respuesta física involuntaria a la estimulación”, dicen.
Si has notado pequeños granitos en la parte superior de tu brazo o en las pompas puedes padecer queratosis pilar, una condición que hace que “los folículos pilosos están bloqueados por depósitos de queratina, lo que puede dejar la piel áspera, llena de baches, seca y enrojecida”. Cleveland Clinic dice que la queratosis pilar sólo es un problema estético y no de salud.
La piel de gallina frecuente también puede ser una señal de problemas de ansiedad y hasta de convulsiones. Así que cualquier comportamiento anormal debes reportarlo a tu médico.