Hacer amigos es cosa sencilla para algunas personas, pero para otras es una de las cosas más complicadas, especialmente durante la infancia o la adolescencia.
No todos los niños son iguales ni pasan por las mismas situaciones así que es normal que algunos sean más tímidos o introvertidos. Hay pequeños que con mucho esfuerzo logran construir una amistad mientras que otros cambian de mejor amigo cada semana.
Ser parte de un grupo en la escuela o en la comunidad ayuda a los niños a sentirse reconocidos y aceptados.
Los padres pueden notar el grado de sociabilidad de sus hijos con pequeños detalles como cuántas invitaciones a jugar o a fiestas de cumpleaños tiene al mes y en los adolescentes se puede reconocer si todos los fines de semana se quedan en casa.
Las razones más comunes por las que los niños presentan este comportamiento es porque su carácter es tímido o ansioso, lo que ocasiona que evadan a las personas desconocidas para no sentirse incómodos.
La solución para los pequeños con timidez es que sean llevados por sus padres a actividades grupales u organicen citas para jugar con sus compañeros de la escuela. Poco a poco los niños se acostumbrarán a la exposición ante muchas personas.
Otros niños tienen dificultades sociales, lo que quiere decir que sus habilidades interpersonales son deficientes por ser controladores, agresivos o por mostrar poco interés en los demás, según U.S. News.
Una buena alternativa para resolver esta situación es buscar actividades que le agraden a los pequeños, donde se sientan felices y cómodos para convivir con otras personas. Además, los padres deben platicar con ellos para identificar las razones por las que son agresivos o poco empáticos.
Consulta en la galería de arriba los principales síntomas de la depresión infantil para detectar si es la razón por la que tu hijo no quiere convivir con otros niños.