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Un estudio reciente para determinar si la velocidad con la que se consumen los alimentos tiene efectos en la obesidad, síndrome del metabolismo, y otras enfermedades se llevó a cabo con la participación de 642 hombres y 441 mujeres.

El grupo fue dividido en tres, aquellos que comían lento, normal y los que lo hacía rápido.

Luego de 5 años los investigadores encontraron que aquellos que comen rápido tuvieron 11.6% más probabilidades de sufrir del síndrome metabólico, contra el 6.5 de los que comían normalmente y solo 2.3 de los que lo hacen lentamente.

El síndrome metabólico es un conjunto de condiciones que se caracteriza por el aumento de la presión arterial, niveles altos de azúcar en la sangre, exceso de grasa corporal en la cintura y niveles anormales de colesterol o triglicéridos, que aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes.

Los investigadores también concluyeron que comer rápido puede asociarse con aumento de peso, mayor nivel de glucosa en la sangre y cinturas más anchas.

Cuando la gente come rápido tiende a sentir que no ha llenado y es más propensa a comer más de lo que debe” afirmó Takayuki Yamaji autor del estudio.

Comer rápido provoca también fluctuación de la glucosa lo que puede ocasionar que se desarrolle una resistencia a la insulina, complicando la salud de los diabéticos.

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