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Aun con las mejores intenciones y “habiendo aprendido” del primer matrimonio, las estadísticas muestran que los segundos y subsecuentes matrimonios son más propensos a terminar en divorcio que los primeros.
El índice de divorcio en Estados Unidos oscila entre el 40 y el 50%, pero es mayor en los segundos matrimonios.
¿Por qué enfrentan estas uniones más riesgos de divorcio que los primeros? Los terapistas matrimoniales tienen las respuestas de porque las personas divorciadas de un primer matrimonio batallan más para permanecer unidas en un segundo o tercer matrimonio:
“Muchas personas se casan por segunda vez, sin haber terminado completamente su primera relación. Esto provoca que surjan problemas de confianza con sus nuevas parejas en áreas como la comunicación con el ex o sus actividades en redes sociales” afirma el terapista Afirma Kurt Smith “Es necesario establecer límites en todas las relaciones, pero especialmente en los segundos matrimonios”.
Los primeros matrimonios se unen con metas financieras en común, comparten las responsabilidades, tienen poco, pues son relativamente jóvenes, pero a mayo edad las personas llegan a un segundo matrimonio o bien con mayor patrimonio o bien con más deudas. También tienen metas financieras independientes en las que han venido trabajando por su cuenta o con la ex pareja y deberán ajustarlas a la nueva relación, lo que no siempre ocurre con facilidad.
El dinero es una de las principales razones por las que una pareja pelea, con finanzas más complicadas, los segundos matrimonios pelearan más seguido y eso los encamina al divorcio, de acuerdo con Aron Anderson, terapista familiar.
Los contrayentes de un segundo matrimonio olvidan acudir a consejería pre matrimonial pues, “ya tienen experiencia”, afirma Tina B Tessina, psicoterapeuta. Un buen consejo de un terapista o incluso de una figura religiosa puede hacer que te preguntes cosas que no habías pensado con respecto a lo que esperas de un segundo matrimonio”.
Existe también la idea de que un segundo matrimonio es más fácil de dejar cuando las cosas no funcionan como se espera, el divorcio no asusta tanto como la primera vez.
Otras razones incluyen el bagaje que cada uno trae consigo, lo difícil que resulta a veces acoplarse a la nueva familia y que se tienen ideales distintos con respecto a la familia.
