De acuerdo con Thomas Plante, un psicólogo y profesor de la Universidad de San Clara, el ejercicio en frente de los espejos incrementa los niveles de ansiedad entre los estudiantes universitarios, comparado con aquellos que no se miran mientras lo hacen.
“Si te estas mirando mientras te ejercitas te enfocas en ver lo negativo, en que tal vez no te ves tan saludable o en tan buena forma como los otros” Esto agrega cargas de tensión que no necesitas.
Los gimnasios con espejos se hicieron populares en la década de los 70’s cuando creció la disciplina del fisicoculturismo, y los atletas se miraban a sí mismo para estudiar flexiones y posiciones, según Chicago Tribune.
Pero luego de algunos estudios han demostrado que los espejos contravienen la idea de bienestar que se busca al ejercitarse, en el sur de California lo están removiendo, por contra productivos.
El profesor Plate, afirma que personas narcisistas disfrutan más ejercitarse frente a un espejo, y como vivimos en la cultura del “selfie” los gimnasios con espejos son atractivos para este tipo de personas, además de que ayudan a crear un ambiente de amplitud en los espacios.
Sin embargo, la atmósfera energética y vibrante se puede conseguir con imágenes de deportistas en las paredes y sin espejos.
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