Uno de los elementos clave en una dieta mediterránea es el salmón, considerado por la ciencia y expertos en nutrición uno de los alimentos más sanos y beneficiosos para la salud debido a sus elementos.
De acuerdo con Harvard, comer salmón con frecuencia trae múltiples beneficios a la salud cardíaca y beneficia a la conservación de un peso saludable.
Este tipo de pescado es una fuente de proteína magra, selenio, antioxidantes y ácidos grasos omega-3 como el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido eicosapentaenoico (EPA) que ayudan a prevenir los coágulos sanguíneos, estabilizan los ritmos cardíacos peligrosos y mejoran la presión arterial.
Estos nutrientes se encuentran en el salmón y otros pescados como el atún. Se dice que el pescado está a la par de la ingesta de aceites de pescado, pero no contienen los mismos componentes saludables.
Harvard señala que las personas que comen salmón al menos un par de veces a la semana tienen menos probabilidades de sufrir ataques cardíacos o morir a causa de una enfermedad cardíaca que las personas que no comen pescado con regularidad o definitivamente no lo hacen.
Asimismo, el salmón protege a los pacientes con mayor riesgo de enfermedades cardíacas como las arritmias ventriculares que terminan muchas veces en muerte súbita debido a las alteraciones que ocasionan en el ritmo de bombeo en el corazón.
“Si le gusta el pescado, comer al menos dos porciones a la semana puede mantener su corazón en buena forma. Esa cantidad se acerca a los niveles de DHA y EPA recomendados por las pautas dietéticas, que promedian alrededor de 250 mg al día”, sugieren los expertos.
Por su parte, una investigación, publicada en The Journal of Clinical Investigation, encontró que el salmón desempeña un papel importante en la lucha contra la aterosclerosis, una condición conocida por la acumulación de placa dentro de las paredes arteriales.
Los ácidos omega-3 forman moléculas que activan un receptor que puede ser importante para detener el proceso de inflamación en las paredes de las arterias y combate la enfermedad.
"Los ácidos grasos omega-3 pueden ayudar potencialmente a proteger contra la aterosclerosis por varios medios, en particular reduciendo la inflamación, un factor clave que impulsa la enfermedad de la aterosclerosis", dijo Hildur Arnardottir, PhD, autor principal del estudio.
"Cuando sus omegas están desequilibrados de esta manera, puede promover una inflamación crónica de bajo grado que está relacionada con numerosos problemas de salud, incluidas afecciones inflamatorias autoinmunes como la artritis reumatoide, enfermedades cardíacas y trastornos del estado de ánimo", agregó.
Además de los beneficios a nivel nutricional, el salmón reduce el consumo de carne roja y quesos grasosos u otros alimentos procesados que en exceso pueden provocar enfermedades del corazón y aumentar considerablemente el peso corporal.
No es necesario que el salmón se consuma solo, los nutricionistas de Harvard recomiendan comerlo acompañado de otros súper alimentos como verduras, frutas, aceite de oliva, frijoles y granos integrales.
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