Millones de personas han adoptado un estilo de vida sano: se ejercitan a diario y comen saludablemente. Pero estos hábitos pueden convertirse en una obsesión.
Rechazar las donas que un compañero lleva a la oficina y comer ensalada es normal, pero si las donas te provocan ansiedad o dejas de ir a fiestas para evitar comer los alimentos de ahí, hay un problema.
Psicólogos de la Clínica de Cleveland señalan que las personas pueden obsesionarse demasiado con la alimentación saludable, hasta el punto en que podría ser perjudicial para su bienestar.
“Ha surgido un nuevo término para este comportamiento: ortorexia, que literalmente significa ‘apetito adecuado’, describe una obsesión patológica por comer alimentos ‘limpios’ o ‘saludables’”, explican.
En su página web apuntan que las personas con ortorexia se involucran en conductas alimentarias restrictivas o ritualizadas y evitan ciertos alimentos que no están dentro de su definición de "saludable".
Aunque no ha sido reconocida oficialmente como un trastorno alimenticio, se ha demostrado que las dietas estrictas pueden afectar la salud física o mental de las personas.
El psicólogo Kasey Goodpaster, de la Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación, dice que se trata de una manifestación de la cultura de la dieta, “en la que hay un gran énfasis en la delgadez, a menudo enmascarada por un deseo de salud”.
Las personas con ortorexia siguen compulsivamente las reglas para comer alimentos bajos en grasas. Pueden sentir culpa o ansiedad con alimentos que no se ajustan a su estilo de vida.
La Clínica de Cleveland señala que la eliminación de grupos enteros de alimentos podría causar desnutrición. “También podría llevar a comer en exceso. Cuando se eliminan por completo los grupos de alimentos completos, como el azúcar, aumentan los antojos”.
El problema también puede derivar en estrés, depresión y aislamiento. Mira en nuestra galería algunas recomendaciones de la Universidad de Harvard para lidiar con la ortorexia.