Los opioides son medicamentos que alivian el dolor. De acuerdo con el Instituto Nacional de Abuso de Drogas, reducen la intensidad de las señales de dolor que llegan al cerebro porque afectan las áreas que controlan las emociones.
Actualmente, el uso indebido de opiáceos es uno de los problemas de salud más importantes en Estados Unidos. Según Harvard, rivaliza con el tabaquismo como una de las principales causas de muerte. En Vive USA, te presentamos 10 datos para entender la crisis.
Los medicamentos que pertenecen a esta clase son la hidrocodona (por ejemplo, la Vicodina), la oxicodona (por ejemplo, el OxyContin y el Percocet), la morfina (por ejemplo, el Kadian y la Avinza), la codeína y otros.
Se prescriben para aliviar el dolor, dental y relacionado con lesiones, por ejemplo. “La morfina se utiliza, a menudo, antes y después de procedimientos quirúrgicos. Algunos de estos medicamentos, como la codeína y el difenoxilato (Lomotil), pueden utilizarse para aliviar la tos y la diarrea severa”.
Pueden producir somnolencia, confusión mental, náusea, estreñimiento y, dependiendo de la cantidad de la droga consumida, pueden deprimir la respiración.
La NHI dice que “no deben usarse con otras sustancias que deprimen el sistema nervioso central, como el alcohol, los antihistamínicos, los barbitúricos, las benzodiacepinas o los anestésicos generales”, ya que se aumenta el riesgo de paro respiratorio.
Algunas personas tienen respuesta eufórica y gratificante a los opioides. Las tasas de hospitalización por sobredosis de opiáceos se incrementaron, alarmantemente, de 1993 a 2012. En el 75% de los casos, las personas usaron medicamentos que no fueron recetados para ellos.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Drogas, 6.1 millones de estadounidenses tiene adicción a estos medicamentos, pero los más afectados y vulnerables son los jóvenes. “El 90% de todas las adicciones comienza en la adolescencia o en la adultez temprana, mientras que la mayoría de los que usan mal los opiáceos ya tienen antecedentes de abuso de alcohol y otras drogas.
Con estrategias de autoayuda, psicoterapia, medicamentos y programas de rehabilitación.
El presidente Donald Trump declaró que la epidemia de opioides es una emergencia nacional pública. Entre 2000 y 2015, más de medio millón de personas murió por sobredosis de drogas, en su mayoría opiáceos.