Luego del agua, el té es la bebida más popular en el mundo, lo que se considera algo bueno pues además de sabroso, puede ser relajante, o energizante, dependiendo del tipo que se beba.
Por muchos años diversos estudios han ligado el consumo del té a un gran número de beneficios físicos y mentales, entre ellos que reduce el riesgo de depresión, cáncer de ovario, enfermedad de Parkinson y demencia.
Dados sus beneficios se entiende que entre más té se beba, mejor, hasta ahora, que un nuevo estudio ha sonado la alarga sobre los riesgos de tomar ciertas variedades.
Según estos estudios las plantas de té pueden absorber una serie de elementos tóxicos, dependiendo de factores como el suelo, el ambiente, la forma de cultivo, el almacenamiento y los métodos de preparación.
Estos estudios han encontrado varios de estos elementos tóxicos que crear una serie de riesgos potenciales para la salud de los amantes del té.
Metales pesados, un estudio del 2013 de Journal of Toxicology inventigo hasta 30 variedades de té, y encontró altas concentraciones de plomo.
En 2015 otro estudio descubrió que los tés con cítricos agregados contienen cantidades elevadas de aluminio, cadmio y plomo. Las variedades con limón tenían niveles más altos de estos metales entre 10 y 70 veces más altos.
Fluoruro, los niveles de estos elementos se encontraron en marcas económicas de té hasta tres veces más que en marcas mas cara. El consumo de demasiado fluoruro puede dañar dientes y huesos, y se absorbe más rápido en ayunas.
En 2015 un estudio de Food Chemistry, encontró que en 38 de 86 marcas de té recomendadas para mujeres que estaban lactando, se encontró Alcaloide pirrolizidínico, una toxina producida por ciertas flores que puede causar daños en el hígado.