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Después del brote de sarampión en Disneylandia que contagió a más de 100 personas, California ha decidido tomar medidas más drásticas contra los padres de familia que no le pongan las vacunas a sus pequeños.

El estado aprobó una ley que elimina la flexibilidad con la que se contaba de decidir si vacunar o no a los niños y quien inflija esta ley no tendrá derecho a educación privada ni pública.

Hasta el lunes California permitía no vacunar a los pequeños por 'creencias personales', por lo que en zonas muy adineradas como Los Ángeles, Orange y San Diego llegaron a tener cifras de hasta 14 por ciento de niños no vacunados.

Este dato alertó a los especialistas, quienes aseguran que una población está protegida siempre y cuando por lo menos el 8 por ciento de la gente esté vacunada.

De esta manera, el estado está solicitando la vacunación obligatoria o se le prohibirá a los niños la escolarización en escuelas y guarderías públicas o privadas, con la finalidad de evitar el contagio. Quienes no lo hagan deberán educar a sus pequeños en casa.

En enero, el parque de diversiones de Disney en Anaheim fue origen del peor brote de sarampión en Estados Unidos en 15 años. Un solo turista comenzó una infección que acabó afectando a 159 personas en varios estados del oeste y México, El País. 

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