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Un video posteado por un tabloide británico recientemente mostraba una situación cómica de una pequeña niña, su papá y un teléfono celular en un barco en el mar.
El chiste de la historia es que la chiquilla cansada de estar tratando de llamar la atención de su papá, que no paraba de hablar por teléfono, logra arrebatarle el trasto y lo lanza al mar ante la mirada atónita de su papá.
La niña ríe de su proeza y los que vimos el video también. El papá no tanto.
Falsa o creada para internet la situación, el video prueba lo que muchos psicólogos concluyeron la semana pasada en una convención llevada a cabo en EU en donde se reunieron para hablar sobre cómo la tecnología digital está afectando las relaciones humanas.
“Nuestras vidas digitales nos pueden estar haciendo más distraídos, distantes y exhaustos”, resumió la Asociación Americana de Psicología, de acuerdo a una investigación presentada en la convención anual de la organización en San Francisco, CA.
Ryan Dwyer, MA, de la Universidad de la Columbia Británica y autor líder del estudio mencionado, añade que décadas de investigaciones sobre la felicidad han sostenido que interactuar positivamente con otros es un factor importante para el bienestar humano.
Pero “la tecnología moderna puede ser maravillosa, pero fácilmente puede desviarnos y alejarnos de los momentos especiales que tenemos con los amigos y familia en persona”.
En sus estudios, Dwyer y su equipo comprobaron que las personas que tenían a la mano sus teléfonos en la mesa durante una comida los usaron más que quienes lo tenían guardados.
Además, que las personas que más los utilizaron se sintieron más distraídas y disfrutaron menos las veladas, además que perdieron el interés en las mismas.
Otro estudio presentado en la misma convención sostuvo que la gente más compasiva pasa menos tiempo en las redes sociales.
Por el contrario, los egocéntricos y narcisistas las usan más.
Otro estudio realizado por la Universidad de Indiana analizó las respuestas de 1,200 participantes utilizando escalas de valoración de narcicismo, empatía, inteligencia emocional y reconocimiento emocional.
También preguntaron con qué frecuencia revisaban o posteaban en Facebook, Twitter e Instagram.
El estudio encontró que la gente con más empatía usaba Twitter con menos frecuencia que aquellos a quienes no les importa ni siente compasión por la situación de otros.
“¿Ser más emocionalmente inteligente y empático hace que la gente evite las redes sociales, o la gente con más bajo nivel de empatía es más atraída a ellas? También podría ser lo opuesto. Quizás el uso frecuente de redes sociales puede perjudicar la empatía y la inteligencia emocional”, sostiene Sara Konrath, PhD, de la Universidad de Indiana.
Otros países, como Francia, están implementando ya medidas para controlar la adicción a los teléfonos inteligentes y otros dispositivos electrónicos.
Por ejemplo, cuando empiece el año escolar francés en septiembre próximo los alumnos entre 3 y 15 años tendrán prohibido llevar celulares a la escuela, por ley.