El anuncio de que Kate Middleton, princesa de Gales, está siendo tratada por un cáncer ha sacudido a un país que se preguntaba por su estado y despeja muchas de las dudas que existían sobre su salud, aunque también deja algunos interrogantes.
Esto es lo que se sabe (y lo que no) hasta ahora sobre la enfermedad de la esposa del heredero a la Corona británica, William.
Kate tiene cáncer. O al menos lo ha tenido. El mensaje de la princesa en un vídeo deja claro que tras ser operada el pasado 16 de enero las pruebas evidenciaron que "había habido un cáncer" y que los médicos le han recomendado someterse a "quimioterapia preventiva".
El Palacio de Kensington -residencia oficial de los príncipes de Gales- sostiene con rotundidad que no revelará información médica privada sobre la princesa, y pide que no se especule sobre qué tipo de cáncer ni en qué etapa se encontraba.
"Estoy bien y poniéndome más fuerte cada día al centrarme en las cosas que me ayudarán a curarme", dijo Kate en su mensaje.
La quimioterapia comenzó "a finales de febrero", según un portavoz de Kensington, que agregó que la princesa se encuentra en "el camino hacia la recuperación".
El tratamiento, que se desarrolla en un lugar que no ha sido revelado, durará hasta que los médicos lo consideren y el calendario no se hará público.
"Al elegir a los proveedores de la asistencia médica para la princesa, su equipo médico ha tenido en cuenta un conjunto de factores. Estos incluyen cuáles son los especialistas más apropiados para su enfermedad, y el impacto potencial sobre otros pacientes o sobre los recursos (...), y la privacidad y la seguridad de Su Alteza Real", agregó el portavoz.
La repentina ausencia deWilliam de un servicio religioso en Windsor por su padrino, Constantino de Grecia, que en su momento se atribuyó solo a "razones personales", se debió a que Kate acababa de recibir el diagnóstico. Era el 27 de febrero.
Hoy también se sabe que ella y William quisieron esperar para hacerlo público hasta que sintieron que era lo más apropiado para su familia.
En concreto, entendieron que este momento, cuando sus tres hijos (Jorge, Carlota y Luis) ya han comenzado sus vacaciones de Semana Santa, era el más apropiado para difundir la enfermedad de la princesa.
Primero esperaron a que Kate asumiese el diagnóstico y se recuperase de la operación, y posteriormente se centraron en cómo transmitir la noticia a sus hijos de la mejor manera.
El Palacio de Kensington informará "cuando sea el momento adecuado" de la vuelta de la princesa de Gales a las actividades públicas.
"La princesa volverá a sus tareas públicas cuando su equipo médico le dé su visto bueno. Está con buen ánimo y centrada en una plena recuperación", señaló el portavoz.
El hecho de que pueda participar en algún evento aislado al comienzo de su tratamiento no querrá decir necesariamente que haya recuperado su actividad pública normal.
Kate destacó en el vídeo la "gran fuente de confort y tranquilidad" que le ha supuesto tener a su lado a su marido William.
La espiral de rumores que desató la ausencia de Kate se centró a menudo en los supuestos problemas conyugales de la pareja, y Kensington admite que ha sido un período muy complicado para la familia.
Pese a ello,William se halla muy agradecido ante la respuesta de la gente y sigue centrado en su mujer y sus hijos, al tiempo que trata de compaginarlo con sus compromisos como heredero de la Corona, especialmente durante el tiempo en que su padre, el rey Carlos III, siga de baja también por otro cáncer.
El príncipe tiene previsto retomar su agenda cuando los niños regresen al colegio tras las vacaciones de Pascua. EFE